La ecuación es sencilla. Si usted tiene más de 50 años, tiene la vista cansada. El error es casi inexistente, ya que prácticamente el 100% de la población tiene vista cansada o presbicia. Se trata de la incapacidad para enfocar los objetos en la visión cercana, que se pierde con la edad, y se manifiesta a partir de los 45 años. "La aparición de la presbicia es inevitable". Así de contundente se muestra el doctor Iñaki Rodríguez Agirretxe, oftalmólogo del ICQO, Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología, y presidente de la AON (Asociación Oftalmológica del Norte), que explica que la vista cansada "comienza a manifestarse a partir de los 42 años y a los 48 ó 50 afecta prácticamente a todas las personas, independientemente de que previamente hayan tenido problemas oculares o no". Y es que afecta tanto a miopes como a hipermétropes, aunque sí es cierto que se manifiesta antes en estos, sobre todo si no se han tratado. La vista cansada, explica el oftalmólogo, "está producida por el envejecimiento del cristalino y del músculo ciliar del ojo que permiten que éste realice la operación de acomodación necesaria cuando pasamos el foco a un objeto cercano".
Síndrome de ‘los brazos largos'
Los síntomas principales para saber si una persona sufre de vista cansada se basan en la dificultad para enfocar objetos cercanos, con la sensación de que las letras se amontonan y la necesidad de extender los brazos para alejar los objetos y poder leer mejor, lo que se conoce como el síndrome de ‘los brazos largos', fatiga ocular, dolor de cabeza y necesidad de más luz para leer o realizar otras tareas similares. Hay otros factores que pueden acentuar la presbicia como la diabetes, la anemia, ciertos medicamentos, hábitos que impliquen el uso constante de visión de cerca, etc.
Si bien es verdad que es inevitable padecerla, hay algunos consejos que ayudan a minimizar su efecto, tal y como explica Rodríguez Agirretxe: principalmente hidratando bien los ojos –sobre todo para las personas que trabajan con ordenador- y parpadeando con asiduidad o con gotas de colirio para humedecer el ojo y por otra parte, iluminar muy bien los espacios, principalmente por la noche, porque así conseguimos aumentar la profundidad de foco de la pupila y se mejora la visión de cerca.
Gafas o cirugía
El mejor consejo, ante cualquier cambio en la visión que pudiera considerarse vista cansada, es acudir al oftalmólogo. Hasta hace poco la única opción para una persona que padece vista cansada, además de los consejos para minimizar su impacto, era el uso de gafas de lectura o lentillas. Sin embargo, los últimos avances tecnológicos han propiciado que cada vez sea mayor el número de personas que deciden solucionar sus problemas mediante la cirugía.
En este sentido, la técnica que ha alcanzado mejores resultados es la sustitución del cristalino por una lente intraocular multifocal. Consiste en la eliminación del cristalino mediante ultrasonidos y el implante de una lente capaz de dividir la visión en varios focos, de forma que el paciente pueda enfocar en distintos planos. La intervención tiene la ventaja añadida de eliminar los defectos refractivos preexistentes (miopía, hipermetropía o astigmatismo) y de eliminar la necesidad futura de intervención de cataratas. No se trata de una cirugía que valga para todos los casos, por lo que es fundamental la exploración preoperatoria y la entrevista con el paciente.
Como explica el doctor Agirretxe, "la consulta previa es la que determina la indicación quirúrgica, donde se debe aconsejar con total honestidad las posibilidades reales de tratamiento, con las limitaciones y riesgos que supone, ya que el 80% del éxito de estas cirugías depende de un buen diagnóstico personalizado a partir de pruebas exploratorias previas y una correcta intervención por parte del oftalmólogo", explica el especialista del ICQO.