La irrupción en España del coronavirus está suponiendo un antes y un después en muchas facetas de nuestra vida, incluida la práctica deportiva. Aunque por ahora desconocemos cómo puede afectar la etapa postepidémica a deportistas aficionados y profesionales, como señala el Dr. Juan Antonio Corbalán, director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional de Madrid, "habría que recordar que estamos ante la situación nueva de una epidemia de un virus desconocido, aunque de una familia que ya se había dejado ver en las epidemias de SARS y MERS hace unos años. Por lo tanto, habrá muchas cosas que se podrán presumir, pero ninguna predecir sin temor a equivocarnos".
En este sentido, el especialista señala que, en primer lugar, hay que tener presente que los afectados por este virus muestran formas de presentación muy dispares: "Asintomáticos, oligosintomáticos y aquellos con sintomatología florida de neumonía, agravada por la presencia de comorbilidades, como pueden ser alteraciones previas pulmonares, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y diabetes". Parte de su pronóstico depende de ellas y también de la edad. "El riesgo de muerte se duplica en la década de los 50 y se multiplica por 2 con cada década, siendo especialmente letal a partir de los 70-80 años".
Secuelas por neumonía
De forma habitual, una neumonía es incompatible con una actividad física de mínimo requerimiento. Como afirma el Dr. Corbalán, "el pulmón en el deportista precisa de una gran elasticidad que asegure una gran capacidad vital forzada y facilidad de vaciamiento. Para ello es fundamental que mantenga sus capacidades fisiológicas previas al padecimiento del cuadro por COVID-19"
En la neumonía por COVID-19 se produce una gran respuesta inflamatoria que afecta a todo el tejido pulmonar (neumonía bilateral) y de forma muy severa a la membrana de intercambio gaseoso: "Impide, tanto el paso de oxígeno a sangre capilar, como la eliminación del dióxido de carbono, lo que lleva a un distrés respiratorio por obliteración alveolar, es decir, por obstrucción".
En base a ello, el Dr. Corbalán señala que los deportistas aficionados, aquellos que han elegido la práctica deportiva como medio para mejorar su calidad de vida, podrían verse afectados por la infección: "Influirán muchos factores, como la patogenicidad del virus, el tabaquismo, la malnutrición, hábitos alimentarios, etc". Es por ello que, para afrontar esta nueva etapa, será necesario que se realicen controles médicos. "Habrá que descartar si se han activado o agravado patologías previas, como EPOC, infecciones mal curadas. Quizás, la posible aparición de cierto grado de fibrosis pulmonar, con la consecuente pérdida de elasticidad pulmonar, es lo que más puede comprometer la función respiratoria de los deportistas aficionados afectados".
Revisiones con tu especialista en medicina deportiva
El chequeo con el especialista en medicina deportiva es fundamental para monitorizar la respuesta ventilatoria en ejercicio y verificar la ausencia de secuelas: "Una espirometría y/o una prueba de esfuerzo, además de otras técnicas diagnósticas indicadas en cada caso, nos dará como resultado el nuevo nivel del paciente, desde el que tendremos que empezar".
Además, el Dr. Corbalán recomienda retomar la actividad física con un comienzo suave y una carga ligera para acondicionar el aparato respiratorio y cardiovascular después de un periodo de desacondicionamiento marcado por la enfermedad: "Sin el ejercicio será imposible recuperar la pérdida de función dejada por el COVID-19, pero siempre en manos de un especialista".