La neumonía es una infección o inflamación grave de los pulmones que puede conducir a la muerte, especialmente de ancianos y/o personas debilitadas, si no se trata de forma precoz y correcta.
La gravedad de una neumonía depende de la extensión en el pulmón afectado, del tipo de agente que la causa, de la edad y de las enfermedades que tenga previamente el paciente. Tienen más riesgo de padecerla las personas mayores de 60-65 años, que padecen problemas de salud con frecuencia. Según los expertos, es difícil establecer la incidencia real de neumonía en la población, puesto que puede cursar como una infección leve, que no precisa de atención médica, hasta casos muy graves que deben hospitalizarse.
La neumonía puede estar causada por más de 30 agentes diferentes, si bien son cinco los considerados principales: bacterias, virus, micoplasmas y otros agentes. Las bacterias o los virus llegan al pulmón a través del aire que se respira o a través de los microorganismos que residen en la boca y que entran en las vías aéreas. Cuando los mecanismos de defensa generales del organismo o los propios del pulmón son incapaces de eliminar estos microorganismos, se produce la neumonía.
En opinión de los especialistas, no es fácil prevenir la aparición de una neumonía. No obstante, dado que esta dolencia se deriva con frecuencia de una complicación gripal común, una buena manera de prevenirla es vacunarse contra la gripe todos los otoños.