La COVID-19 es una enfermedad respiratoria que puede causar daños pulmonares y problemas respiratorios serios. Las enfermedades respiratorias son un problema de salud global, resultan ser la tercera causa de muerte en España por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio y las provocadas por tumores. Además, el número de fallecidos por enfermedad del sistema respiratorio de 2009 a 2018, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se ha incrementado un 24,1%, pasando de 43.282 defunciones en 2009 a 53.687 en 2018, y afectando siempre a un mayor número de hombres que de mujeres.
La COVID-19 provoca fiebre, tos, fatiga, diarrea, disnea (sensación de ahogo) y, en los casos más graves, neumonía e insuficiencia respiratoria. Si se enferma de COVID-19 es fundamental tener los pulmones en el mejor estado posible. Nos puede ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad.
Por ese motivo, para contribuir al cuidado del sistema respiratorio, la mutua Umivale ha elaborado una batería de recomendaciones para mejorar la salud pulmonar:
- Evitar el tabaco, ya que produce inflamación y daño pulmonar. Su consumo es la principal causa de cáncer y produce en Europa el 82% de los cánceres de pulmón.
- Mantenerse bien hidratado. La deshidratación de los pulmones se considera un factor de riesgo de enfermedades respiratorias, como el asma y la bronquitis crónica.
- Mantener un peso saludable. El exceso de grasa en el abdomen dificulta la respiración porque eleva el diafragma, que aprieta la caja torácica y limita la función pulmonar.
- Practicar deporte. El ejercicio aeróbico es esencial para fortalecer tus pulmones y ganar capacidad respiratoria. Realizar 30 minutos de ejercicio moderado cinco veces a la semana.
- Cuidar la postura. Caminar con la espalda recta y la mirada al frente. Sentarse con la espalda recta y sin cruzar las piernas. Dormir de lado usando una almohada de altura media.
- Evitar la contaminación, principal enemigo junto al tabaco de tu salud pulmonar: gases tóxicos y partículas en suspensión irritan y favorecen infecciones, crisis asmáticas, etc.
- Seguir una alimentación equilibrada. Es aconsejable la ingesta de alimentos ricos en omega-3, vitaminas A, C y E y minerales como el zinc, potasio, selenio y magnesio.
- Proteger las mucosas de la nariz ante bajas temperaturas, cubriendo boca y nariz con una bufanda para evitar que el aire frío y seco reseque las mucosas y llegue a los pulmones.
- Ventilar bien el hogar para evitar ambientes cargados y aire viciado. Basta con ventilar entre 5-10 minutos cada habitación para renovar el aire.
- Mantener adecuadamente el aire acondicionado. Si sus componentes están sucios la exposición a bacterias, humedad y alérgenos es mayor y pueden generarse afecciones.
- Lavarse las manos con agua y jabón regularmente y mantener una buena higiene bucal ayudan a prevenir las infecciones respiratorias más comunes (gripe, resfriados...).
- Limpiar a fondo. El polvo y la humedad pueden contaminar el aire. Mantener secas las zonas más húmedas, como el baño y la cocina, y limpiar el polvo de forma frecuente.
- Evitar hacer ejercicio al aire libre si eres una persona alérgica en las zonas o estaciones del año en las que estén presentes aquellos elementos causantes de la alergia. Buscar otras alternativas.
- Practicar yoga. Sus posturas ayudan a mejorar la capacidad pulmonar, la oxigenación de los tejidos e incrementar la energía corporal. Contribuye a reducir el estrés y mejorar el bienestar.
- Controlar las condiciones del ambiente. Las mucosas de la nariz calientan y limpian el aire inspirado. Para evitar que se resequen mantener entre 19-21 ºC la temperatura del hogar.
- Consultar con especialistas. Ante cualquier afección del sistema respiratorio evitar la automedicación y acudir a un especialista en neumología para recibir su asesoramiento.