Qué no debes hacer para perder esos kilos de más

Continuamente nos hacemos propósitos de enmienda para tener una vida más acorde con la que deseamos. Dejar de fumar, hacer más ejercicio, y sobretodo, perder esos kilos de más que nos han acompañado los últimos días, semanas o meses.

Nos llegan miles de consejos para perderlos de una forma rápida y eficaz: la dieta de la cebolla, de la alcachofa, dietas depurativas, diuréticas, dietas exprés, etc.

Las revistas se llenan de trucos y planes de adelgazamiento para ponernos en forma en cuatro días. Intentaremos a continuación desmontar algunas de estas «leyendas urbanas» que pueden causar graves perjuicios de salud además de provocar un escepticismo injustificado hacia todas las dietas en general.

Los errores

  1. Dieta intensiva tomando sólo líquidos durante varios días.

Todo hemos oído hablar de las dietas depurativas en las que se persigue un tratamiento "de choque"... bueno, pues, cuidado porque ¡podemos acabar estrellándonos!

Nuestro cuerpo necesita de forma constante una serie de nutrientes para poder llevar a cabo sus funciones más elementales. La falta de algunos de ellos puede provocar problemas, como una disminución de las defensas del organismo, el empeoramiento del estado de la piel, el descenso de los niveles de minerales, malestar general, cansancio, etc.

Si ingerimos únicamente agua o zumos provocaremos, a muy corto plazo, carencias que pueden costarnos caro en términos de salud. Ese tipo de dietas nos ofrece un resultado momentáneo, pero que conlleva una recuperación del peso al volver a una alimentación normal.

De igual manera, otros elementos, como la sauna, son muy recomendables para la higiene y la depuración de la piel, pero la pérdida de peso que ofrecen es totalmente transitoria, hasta el momento en que volvamos a hidratarnos como es debido. "Hoy, en el sauna, he adelgazado un kilo en diez minutos", pues no, lo que has conseguido es simplemente pesar un kilo menos durante unas horas, porque es evidente que en algún momento tendrás que beber.

  1. Dieta intensiva tomando únicamente algunos alimentos (dieta de la alcachofa, de la cebolla, de la fruta, etc.)

Unos pocos alimentos nunca nos van a proporcionar las cantidades de nutrientes necesarias para conservar nuestra salud intacta. Con según qué intentos, podemos sufrir descompensaciones que dejen secuelas importantes.

En el caso de una dieta con falta de las proteínas necesarias, lo que estamos perdiendo no es solamente grasa sino también masa muscular. Ello provocará la recuperación nuestro peso inicial inmediatamente al acabar la dieta, porque nuestro cuerpo buscará recuperar ese músculo perdido. Se llama "efecto rebote".

Lo importante en una dieta no es cuánto perdemos sino qué perdemos.

Al perder masa muscular, nuestro organismo gastará cada vez menos, recuperando el peso perdido: "Comiendo lo mismo, antes me adelgazaba y ahora me engordo", claro, es que tu cuerpo antes necesitaba mucha más energía que ahora, solamente para mantenerse. Se llama «metabolismo basal».

Como has perdido músculo durante tu dieta... "ya no eres un Ferrari, eres una Vespino".

  1. Comer sólo vegetales (ensaladas, etc.)

El principal objetivo de una dieta, no es perder peso sino grasa.

"No es lo mismo estar delgado que pesar poco"... no hay más que observar a un atleta.

Si no comemos una cantidad suficiente de proteínas, lo único que conseguiremos es que la báscula marque una cifra menor pero a expensas, por un lado, de nuestra masa muscular, como ya hemos dicho y, por otro, de nuestra piel, provocando flacidez. En efecto, si el organismo no recibe suficientes proteínas de la alimentación, las tomará del propio cuerpo.

Si perdemos peso pero no perdemos grasa, nos estamos engañando; en poco tiempo vamos a recuperar todo lo perdido porque nuestro cuerpo está "programado" para ahorrar energía y almacenarla.

  1. Tomar diuréticos o pastillas presuntamente adelgazantes

La utilización de fármacos de tipo diurético es sumamente peligrosa en manos inexpertas. Su uso puede causar problemas muy graves. Cuando provocamos, artificialmente, una salida de líquidos de nuestro organismo, perdemos también micronutrientes básicos para nuestra salud: sodio, magnesio, vitaminas, calcio, ácidos grasos y, sobre todo, potasio.

La pérdida de potasio afecta a la conducción eléctrica de todos nuestros músculos. Si sucede en un músculo de la pierna, notaremos solamente una sucesión de calambres más o menos molestos; pero si tiene lugar en el músculo cardíaco, se tratará de algo mucho más grave para tu salud. De hecho, cuando hemos oído algún caso de fallecimiento en el transcurso de una dieta estricta sin control médico, casi siempre ha sido por no tomar, por ejemplo, el potasio necesario.

Ni que decir tiene que no existe ninguna pastilla realmente adelgazante por sí misma que vaya a permitirnos disfrutar de alimentos muy calóricos sin engordar.

  1. Dietas milagro

Debemos ser conscientes de que una dieta siempre debe concebirse como un tratamiento médico y, como tal, debe comenzar con una visita al especialista y con una Historia Clínica y una analítica para identificar todos aquellos problemas y contraindicaciones que puedan aparecer durante la misma.

La supervisión médica en cualquier dieta es necesaria no solamente para evitar problemas de salud, sino también para consolidar un mantenimiento del resultado a largo plazo.

El resumen

En base a todo lo dicho, nuestra dieta "ideal" debería evitar todos esos errores y cumplir con los criterios de una dieta de calidad:

  • Un control médico personalizado.
  • Una vigilancia analítica seria.
  • Una pérdida selectiva de grasa.
  • Un estado de bienestar total durante y después del tratamiento.
  • Sensación de ausencia de hambre.
  • Evitar el temido «efecto rebote» o «efecto yo-yo».
  • La conservación de una masa muscular intacta.
  • La ausencia de flacidez cutánea causada por la pérdida de peso.
  • El mantenimiento de los resultados a largo plazo.
  • Y lo más importante para ello: Una reeducación alimentaria que respete nuestros biorritmos; que tenga en cuenta no sólo qué comemos sino a qué hora lo comemos.

Pero, por encima de todas las cosas, lo más importante para conseguir una dieta eficaz y sana, es acudir a un profesional, a un médico que sepa indicarnos, según nuestra historia clínica y exploraciones complementarias, qué tipo de dieta debemos hacer.

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