El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos de aprendizaje que mayor incremento de diagnósticos ha mostrado en las últimas décadas y que afecta, en gran medida, en el día a día del docente, los afectados y sus familias, según señala en su análisis Rosa Domínguez Martín, Doctora en Educación y profesora del Grado en Educación Primaria de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Para la experta de la VIU "la visibilidad social del trastorno ha provocado que los agentes educativos demanden mayor información sobre el mismo, ya que implica síntomas que afectan al desarrollo en múltiples facetas en el desarrollo social, personal, académico y familiar de jóvenes que lo padecen".
Los afectados por TDAH constituyen cerca del 50% de la población clínica que atiende la Psiquiatría Infanto-Juvenil, por lo que han aumentado las investigaciones al respecto y se han reorientado, ya que según la profesora de la VIU "inicialmente se dirigían hacia la valoración y tratamiento de los afectados y ahora, se ha constatado que tanto los factores psicosociales como los contextuales pueden jugar un importante papel en la valoración y el tratamiento y, por tanto, deben ser investigados y tenidos en cuenta".
Por otra parte, según datos de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH), más del 80% de los afectados seguirá presentando características del TDAH durante la adolescencia y entre el 30 y el 65% de la población continuará con el trastorno en la adultez.
CONOCIMIENTO POR PARTE DEL PROFESORADO
Respecto al conocimiento del TDAH que tienen los docentes, un estudio reciente (realizado por Soroa, Gorostiaga y Balluerka, 2016), confirma que el desconocimiento es bastante elevado, obteniendo porcentajes de error elevados en las dimensiones información general (56%) y etiología (36'77%). Además, esta investigación concluye también que los docentes que componen la muestra han obtenido puntuaciones medias-bajas en cuanto al -conocimiento auto-percibido sobre TDAH y la competencia auto-percibida de impartir clase a afectados por este trastorno.
En este sentido, la experta de la VIU ha destacado que "aumentar el conocimiento sobre TDAH que tienen los docentes comportaría un efecto positivo para los alumnos afectados, como es evidente, y también para los profesionales que trabajamos con ellos".
"Además de conocer más y mejor sobre el trastorno, -continúa Rosa Domínguez- los profesionales de la educación deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en dar respuesta a los problemas que surgen cotidianamente en las aulas. Se le llame de una forma u otra, incluya o no entre sus características las peculiaridades de otros trastornos con los que comparten comorbilidad, lo cierto es que hay una serie de alumnos que presentan comportamientos y formas de aprender que difieren del resto".
Por ello, "la educación y sus profesionales deben atender las necesidades de estos alumnos y conocer los métodos y las formas de trabajo más adecuadas. El docente que comprende el TDAH, es decir, conoce sus características, comportamientos y reacciones de los afectados, actúa facilitando, en la medida de lo posible, el proceso de enseñanza-aprendizaje y favorece la mejora en la relación del afectado con los que le rodean". Concluye la experta de la VIU.
EL TDAH Y SU ASOCIACIÓN A OTROS TRASTORNOS
El análisis explica también que una de las características del TDAH que se desarrolla y prevalece durante toda la vida es la asociación que, con frecuencia, se da con otros trastornos.
Según uno de los estudios más extensos al respecto, cuya muestra estaba compuesta de más de 5000 niños afectados por TDAH, hasta un 67% de ellos presenta al menos otro trastorno que dificulta el aprendizaje y el comportamiento, pudiendo implicar ansiedad o depresión.
En este sentido, la experta de la VIU explica que "esto dificulta el, ya complejo, estudio del TDAH, planteando la cuestión del diagnóstico diferencial entre los trastornos con los que coexiste y el propio Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad".
Existe un amplio debate de carácter científico, y también social sobre el TDAH. Se exponen dudas sobre la existencia real de este trastorno, se cuestiona la forma más adecuada de realizar su diagnóstico, qué características deberían ser tenidas en cuenta para el mismo. Pero lo que más preocupa a la opinión pública es el hecho de la medicación, hasta qué punto es necesario medicar a los afectados o es perjudicial para ellos el no hacerlo.
En lo que a la educación respecta, la profesora de la VIU ha resaltado que "consideramos que el debate debe cambiar el foco. Neurólogos, psiquiatras y demás especialistas médicos relacionados con el trastorno deben buscar un punto de encuentro común en sus afirmaciones, ya que estas discordancias provocan desconcierto en las familias con miembros afectados y en la sociedad en general".
En España hay 85 asociaciones inscritas en la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH) y, en 2013, se incluyó el TDAH en la LOMCE estableciendo que sea considerado de forma específica para el apoyo educativo.