Un test de saliva permite determinar los niveles de melatonina durante la noche para corregir posibles alteraciones del sueño

Uno de cada tres adultos tiene problemas para conciliar el sueño, una actividad fundamental para restablecer nuestro equilibrio físico y psicológico

Se ha presentado un test que permite analizar el biorritmo de la melatonina para ayudar a corregir las alteraciones del sueño. La melatonina es una hormona que induce el sueño y que además participa en numerosos procesos fisiológicos como la prevención del envejecimiento entre otras.

La prueba Alteraciones del Sueño de SYNLAB determina los niveles de melatonina en saliva en 4 momentos de la noche -22 horas, 2 horas, 4 horas y 8 horas-, para obtener el biorritmo de melatonina del paciente y detectar cualquier desviación respecto al patrón normal.

El test está indicado en personas que tengan problemas para conciliar el sueño, que se desvelen de madrugada o se despierten varias veces durante la noche. Además aquellas personas con cambios rotativos de los horarios de trabajo o personas con estrés de larga duración, depresión o síndrome de agotamiento profesional pueden realizarse la prueba para determinar si existe una alteración en la producción de melatonina. Se recomienda también a personas que viajen frecuentemente (jet-lag) y a todos aquellos que quieran gestionar proactivamente su salud (especialmente a partir de los 40 años).

Dormir bien para vivir mejor

Según diferentes estudios, uno de cada tres adultos tiene problemas para conciliar el sueño, una actividad a la que dedicamos casi un tercio de nuestra vida y que es fundamental para restablecer nuestro equilibrio físico y psicológico. La duración del sueño nocturno y su calidad varía en función de la edad, el estado de salud, el estado emocional y otros factores, si bien se recomienda un descanso nocturno de unas 7 horas en adultos.

La melatonina se sintetiza en la glándula pineal y su producción es estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz. Durante la noche la secreción de melatonina alcanza el pico máximo en mitad de la noche (entre las 02.00h y las 04.00h) y luego decae progresivamente, por lo que actúa como inductor del sueño y forma parte del grupo de señales que regulan el ritmo circadiano. Los factores que modulan la secreción de melatonina son: ambientales (como la iluminación, las estaciones del año y la temperatura) y endógenos (como el estrés y la edad).

La melatonina comienza a secretarse de manera cíclica a partir de los 6-12 meses de vida, comenzando a disminuir su síntesis a partir de los 40 años.

Potente antioxidante

La melatonina participa en una gran cantidad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos y es un potente antioxidante endógeno. Además de neutralizar radicales libres, es capaz de activar determinadas enzimas antioxidantes e inhibir otras con acción prooxidante, por lo que es crucial para la prevención del estrés oxidativo y del envejecimiento. También está relacionada con el sistema inmune, ya que promueve la actividad y el desarrollo de las células inmunitarias.

Entre las múltiples funciones biológicas de la melatonina, una de las más importantes es la regulación del ciclo sueño-vigilia.

Alteraciones de los niveles de melatonina

A partir de los 50 años, la curva de niveles de melatonina suele desplazarse hacia la izquierda, de forma que los niveles de melatonina se elevan de forma precoz y disminuyen antes. Es lo que se conoce como síndrome de avance de fase, que es especialmente frecuente en personas de edad avanzada, y se asocia con una menor capacidad de vigilia durante el día, un adormecimiento temprano y una falta de sueño de madrugada.

En paralelo, el síndrome de retraso de fase es un problema cada vez más frecuente que afecta especialmente a adolescentes y adultos jóvenes. En este caso, la curva de niveles de melatonina se desplaza a la derecha, asociándose a una falta de sueño por la noche y menor rendimiento por la mañana.

Otras alteraciones de los niveles de melatonina son la hipersecreción, que se asocia a una adaptación más difícil a las rutinas, especialmente a los turnos laborales, y la hiposecreción, que provoca mayor vulnerabilidad al estrés, a la depresión y al síndrome de agotamiento profesional (burn out).

La cronoterapia, mediante el ajuste de los hábitos diarios de exposición a la luz, ejercicio, etc., junto con la administración de melatonina exógena ayuda a recuperar un ciclo normal del sueño.

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