Más de 250 radiólogos de toda España se reunirán en Valencia entre el 17 y el 19 de mayo durante el VI Congreso de Radiología de Urgencias. Los especialistas analizarán y debatirán sobre el papel de la radiología tanto en el diagnóstico como el tratamiento de los pacientes en los servicios de urgencias, en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en las Salas de Reanimación (REA).
Según datos de la Sociedad Española de Radiología de Urgencias (SERAU), sección de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), más del 90 % de los pacientes que se atienden en los servicios de urgencias se someten a una prueba de imagen médica como una radiografía, ecografía o, en casos más complejos, a un escáner (TC-Tomografía computarizada).
Tal como explica la Dra. Milagros Martí, presidenta de la SERAU, el volumen de pruebas de imagen médica en urgencias se ha incrementado en los últimos años no solo porque el número de pacientes ha aumentado, sino también porque "su tipología es cada vez más compleja: son pacientes más mayores y enfermos crónicos que presentan una reagudización de su patología, una complicación urgente o una patología intercurrente, es decir, una enfermedad que sobreviene en el curso de otra y que se añade al problema que ya tienen". Esta situación hace que la presión asistencial sea cada vez más alta y obliga, prácticamente, a elaborar en cada visita a urgencias una nueva historia clínica. Por poner un ejemplo, "cada vez es menos frecuente que un paciente vaya a urgencias con una perforación o un cólico nefrítico ‘simple' y, sin embargo, cada vez más habitual que acuda con una neoplasia subyacente o complicada asociada a esa misma patología".
Este tipo de complicaciones hace que el diagnóstico sea cada vez más complejo y con mayores niveles de incertidumbre para los clínicos de urgencias. Para superar esta situación, son indispensables las pruebas de imagen médica y su valoración por parte del radiólogo. De hecho, tal como destaca la Dra. Martí "tras la prueba de imagen médica, más de la mitad de los pacientes sale con un diagnóstico diferente a la primera sospecha".
El trabajo multidisciplinar entre médicos de urgencias y radiólogos permite, por ejemplo, acortar la estancia hospitalaria de los pacientes que, tras una primera prueba de imagen, no presentan ningún hallazgo patológico. Por ejemplo, una persona mayor que ha sufrido un traumatismo de alta energía como puede ser un accidente de tráfico, puede ser dada de alta en 3 ó 4 horas si su escáner y su exploración clínica son normales; mientras que si no se le hace la prueba, el protocolo recomienda que esté, al menos, 24 horas en observación.
En el caso de que las pruebas de imagen muestren una patología, se pueden iniciar los tratamientos más adecuados de manera más rápida, lo que constituye un importante beneficio para el paciente y una disminución de los costes hospitalarios.
La Dra. Martí concluye que en la radiología de urgencias "se atiende a los pacientes más graves, más difíciles y más complejos, pero, afortunadamente, el trabajo conjunto de clínicos y radiólogos nos permite salvar vidas, miembros y tejido cerebral".