Aumenta el número de infecciones virales en los niños con la vuelta al cole

El catarro de vías altas, la bronquiolitis, la gastroenteritis o las manchas en la piel son algunas de las infecciones virales más frecuentes durante la infancia, que se dan sobre todo en el periodo escolar

La vuelta al cole es ya una realidad. En estas semanas millones de niños han empezado sus clases en nuestro país. Mochilas nuevas, cuadernos impecables, libros recién estrenados…, y virus. Con el inicio del curso escolar se produce también un aumento de las infecciones virales, debido, sobre todo, a que la principal fuente de éstas durante la infancia son otros niños del entorno, que actúan como transmisores de la infección, sobre todo si hay mucho contacto con secreciones (mucosidad, saliva, etc.), tal como explica el Dr. Conejo, responsable del Servicio de Pediatría del Hospital Vithas Xanit Internacional.

Algunas de las infecciones virales más frecuentes durante la infancia son los catarros de vías altas, las bronquiolitis, las gastroenteritis o las manchas en la piel. Debido al elevado número de infecciones de este tipo que padecen todos los niños al cabo del año y la preocupación que éstas generan en los padres, las infecciones virales constituyen el principal motivo de consulta durante la infancia. El Dr. Conejo, ha querido aprovechar el reciente inicio del curso escolar para hablar a los padres sobre estas patologías que, en ocasiones, generan mucha preocupación. "Las infecciones virales son muy frecuentes en la primera infancia y constituyen parte del proceso normal y necesario en el desarrollo del niño. Durante los primeros 3-4 años de vida, los niños normales tienen una media de hasta 12 – 15 infecciones al año, la inmensa mayoría de ellas de causa viral y concentradas durante el periodo escolar", explica el especialista.

"Aunque la fiebre es uno de los signos más comunes en las infecciones virales, éstas se pueden acompañar, además, de algunos signos y síntomas inespecíficos, como la falta de apetito o el dolor abdominal o de cabeza. También es normal que el niño esté más apagado, con menos ganas de jugar. Todos estos signos y síntomas, aunque suelen preocupar a la familia (sobre todo la falta de apetito), no deben alarmarnos, ya que forman parte del cuadro general de cualquier infección. Es importante no obligar al niño a comer ni forzarlo a realizar ninguna actividad", añade el Dr. Conejo.

Respecto al tratamiento de estas patologías, el Dr. Conejo nos recuerda que estas infecciones virales, a diferencia de las bacterianas, en la mayoría de las ocasiones sólo precisa tratamiento sintomático y que se quitan solas después de unos días. "Cuando nuestro hijo enferma, antes de administrar cualquier tipo de medicamento, lo primero que debemos hacer es conocer si la patología que padece el menor está producida por un virus o por una bacteria, ya que, en general, las infecciones producidas por bacterias suelen ser más graves y sí necesitan, en la mayoría de las ocasiones, tratamiento antibiótico. Pero si hablamos de las infecciones virales, que son las más comunes en este periodo, administrar antibióticos no tiene ningún efecto en las infecciones virales y deben evitarse, ya que pueden producir efectos adversos y hacen que las bacterias se vuelvan resistentes a ellos, por lo que si alguna vez se necesitaran de verdad pueden no tener efecto", matiza el Dr. Conejo.

La importancia de las infecciones en la infancia

Dentro de unos límites considerados normales, las infecciones constituyen parte del proceso de desarrollo de los niños, ya que suponen un "entrenamiento" para que sus defensas maduren de forma normal. Cada vez está más demostrado que los niños que crecen en un entorno "excesivamente limpio" (ausencia de guardería, esterilización continua de tetinas y biberones, etc.) desarrollan con más frecuencia problemas de asma y alergia en las edades posteriores. La exposición a gérmenes y otras sustancias a estas edades hace que el sistema inmune (las defensas) aprendan a reconocerlas, a diferenciarlas de las sustancias que forman parte del organismo y a desarrollar una respuesta adecuada y proporcionada ante futuros contactos. "Un sistema inmune no entrenado durante los primeros años de la vida tiene más probabilidad de funcionar de forma incorrecta cuando se exponga a estos gérmenes y sustancias, lo que aumenta el riesgo de aparición de asma, dermatitis o alergias. De ahí la importancia de dejar pasar estas infecciones e intentar sólo calmar sus síntomas, por ejemplo, haciendo lavados nasales cuando haya mocos, controlar la fiebre usando algún antitérmico si el paciente lo requiere, hidratar al niño de forma adecuda en caso de vómitos o diarrea, etc.", señala el especialista.

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