Un estudio danés ha demostrado la presencia de E. coli en un importante porcentaje de riñones de cerdos sacrificados, los cuales sufrían pielonefritis. Investigadores de la Universidad de Copenhague han estudiado la morfología, patogenia y etiología de la pielonefritis en cerdos en el matadero para evaluar el papel etiológico de Escherichia coli en la pielonefritis por medio de exámenes bacteriológicos, macroscópicos e histopatológicos.
Para ello, se utilizaron riñones y sus correspondientes nódulos linfáticos de 22 cerdos y 26 cerdas, todos ellos sacrificados con pielonefritis. Basándose en las lesiones macroscópicas, cada lesión renal se agrupó como aguda, crónica, crónica activa o normal, y el estado inflamatorio histológico fue calificado como normal (0), agudo (1), subagudo (2), activo crónico (3) o crónico (4).
Se realizó identificación inmunohistoquímica de los neutrófilos, macrófagos, linfocitos T, linfocitos B, células plasmáticas, E. coli y proteína Tamm-Horsfall (THP) en secciones renales. Se puntuó de manera semicuantitativa el número de E. coli y la proporción de leucocitos visualizados inmunohistoquímicamente del número total de leucocitos infiltrados.
Las lesiones en los cerdos y en las cerdas fueron similares. Macroscópicamente, se observaron múltiples focos de inflamación distribuidos de forma irregular. Histológicamente, los principales hallazgos fueron la infiltración tubulointersticial con neutrófilos y células mononucleares y la destrucción tubular.
En el 82% y el 98% de los riñones con pielonefritis de los y cerdas, respectivamente, se observó la presencia de THP intersticial. E. coli apareció en monocultivos y/o se identificó por inmunohistoquímica en cuatro riñones de los cerdos y en 34 de las cerdas.
En definitiva, E. coli parece tener gran importancia en la etiología de la pielonefritis.