Se ha celebrado en Madrid el seminario "Calcio y otros componentes bioactivos de la leche en la salud", un evento organizado para profesionales de la salud por el Instituto Tomás Pascual Sanz dentro del Plan de Nutrición y Salud de Calidad Pascual, en el que se aportaron evidencias científicas sobre los beneficios de la inclusión de la leche en la dieta diaria y sus propiedades para la salud.
El seminario ha reunido las ponencias de los doctores Rosaura Farré Rovira, Catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Valencia, Rosa María Ortega Anta, Catedrática en el Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Quesada Gómez, Jefe de la Unidad de Metabolismo Mineral del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario "Reina Sofía" de Córdoba, Manuela Juárez Iglesias, Profesora de Investigación "ad honorem" del CSIC, Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación – CIAL (CSIC-UAM) y Miguel Ángel Díaz Yubero, Miembro del Cuerpo Nacional Veterinario y Académico de las Reales Academias de Ciencias Veterinarias y Gastronomía.
La Doctora Rosaura Farré afirmó que la leche y los productos lácteos son las mejores fuentes dietéticas de calcio y resaltó la esencialidad del calcio para la salud ósea y otras funciones corporales. Las necesidades de calcio se satisfacen en base a la biodisponibilidad, entendida como la proporción del calcio ingerido que el organismo absorbe y puede ser utilizado para satisfacer las necesidades nutricionales. El calcio se absorbe en el intestino por dos vías: mediante un mecanismo activo mediado por la vitamina D y por difusión pasiva. Cuando el aporte de calcio es bajo predomina la absorción activa, mientras que las ingestas elevadas incrementan la absorción pasiva.
En la biodisponibilidad influyen factores intrínsecos (nutriente, estado nutricional del receptor…) y extrínsecos, entre los cuales se encuentran los restantes componentes del alimento/ dieta, que pueden favorecer (vitaminaD, lactosa…), o inhibir la absorción (fitatos, oxalato, grasa…), y es recomendable que aquellos grupos de población que no alcanzan las ingestas recomendadas de calcio consuman productos enriquecidos con este elemento.
La Doctora Rosa María Ortega hizo hincapié en que más del 75% de los españoles tomamos menos calcio del recomendado. Los lácteos aportan un 60-70% del calcio ingerido seguidos de lejos por cereales (7-15%), verduras (3-6%), etc. por lo que es difícil alcanzar las ingestas recomendadas del mineral sin un consumo adecuado de lácteos. Se ha comprobado que un 37% de niños y un 42% de adultos toma menos de 2 raciones/día de lácteos, y estos individuos tienen ingesta de calcio muy inferior a la recomendada y mayor riesgo sanitario.
Diversas investigaciones señalan que el calcio procedente de lácteos es más beneficioso que el de otra procedencia, por lo que un aporte adecuado de leche y lácteos es muy deseable. Un aporte indicado de calcio (sin olvidar la de otros nutrientes, especialmente vitamina D), leche y productos lácteos es esencial para el correcto funcionamiento de muchos sistemas del cuerpo y evita el riesgo de padecer osteoporosis. Además, ha sido relacionado con una protección frente a diversas enfermedades de alta prevalencia (hipertensión, cáncer, cálculos renales, diabetes, síndrome de ovario poliquístico, síndrome de resistencia a la insulina...), y diversas investigaciones señalan su importancia en la prevención y control de la obesidad.
La Doctora Manuela Juárez ahondó en los beneficios de la leche, que presenta una amplia gama de nutrientes grasa, proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas, con un buen balance entre los constituyentes mayoritarios, y componentes menores en las fracciones de proteínas y lípidos con actividad biológica. La grasa de leche vehiculiza las vitaminas liposolubles (A, E, D y K), de las que la leche es una buena fuente. La presencia en la leche de los ácidos grasos esenciales, linoléico, linolénico y araquidónico es particularmente interesante. Además, tiene proporciones importantes de ácidos de cadena corta y media, lo que facilita su digestibilidad. Para los ácidos caproico, caprílico y cáprico (C6-C10), se han documentado actividades antivirales y antibacterianas y además baja tendencia a ser almacenados en tejido adiposo. Por otra parte, en la grasa de leche están presentes ácidos grasos y componentes bioactivos como el ácido linoleico conjugado y la esfingomielina, para los que se han descrito potenciales efectos cardioprotectores.
Una fracción del máximo interés en relación con enfermedades cardiovasculares es la de elementos minerales, sobre todo calcio. Hay evidencias científicas actuales que documentan los beneficios de la leche para reducir la presión arterial debido al calcio biodisponible, junto con otros elementos minerales presentes o péptidos bioactivos con capacidad antihipertensiva, inhibidores de la ECA (enzima clave implicada en la regulación de presión arterial). Por otra parte, se ha documentado asociación positiva de dietas con niveles altos de calcio, procedente de la leche, con marcadores cardiovasculares que correlacionan con la excreción fecal de grasa, que se favorece con los mismos.
El Doctor José Manuel Quesada centró su ponencia en la importancia de la suplementación adecuada de leche y derivados con vitamina D. La vitamina D se obtiene fundamentalmente a partir de la irradiación ultravioleta en la piel del 7-dehidrocolesterol para formar colecalciferol (vitamina D3) y mínimamente por la dieta, salvo que se tomen alimentos fortificados en vitamina D, fundamentalmente leche. Estudios de asociación describen acciones beneficiosas a nivel cardiovascular, hipertensión arterial, cáncer colorectal, de mama, esclerosis múltiple, función inmune e inflamación etc.
Un objetivo mínimo irrenunciable para la salud pública debe ser conseguir niveles séricos de 25OHD3 superiores a 20 ng/ml, para asegurar un estatus óptimo para la salud ósea y preferiblemente mayor de 30 ng/ml, si nos proponemos alcanzar otros objetivos. En España se da una elevada prevalencia de insuficiencia o incluso franca deficiencia de vitamina D en niños y jóvenes, persiste en adultos, en mujeres postmenopáusicas (osteoporóticas o no), o ancianos, por lo que es importante consumir alimentos fortificados en vitamina D, fundamentalmente la leche.
El Doctor Ángel Díaz Yubero cerró el seminario destacando que el uso materias primas seguras y de calidad es fundamental para la elaboración de productos que aporten beneficios nutricionales al consumidor. En la historia de la seguridad alimentaria de la UE hay un antes y un después al Libro Blanco publicado en Enero del año 2000; a partir de esa fecha se asiste a planteamientos radicalmente nuevos en la estrategia de la Comisión para velar por los más elevados niveles de seguridad alimentaria para los ciudadanos comunitarios, a partir de una organización más coordinada e integrada.
Destacó además que la cantidad de calcio que genera la leche está por debajo de las necesidades que tiene el consumidor en algunas etapas de su vida, en concreto en las de formación y deterioro de los huesos. Por ello, es fundamental consumir productos con un aporte extra de calcio, que permitan la consecución de una estructura ósea óptima.