Estudio "Impacto de la Covid-19 en las Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría"

El confinamiento, principal causa de los nuevos ingresos en las Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría

La suspensión de terapias de grupo, terapias ocupacionales y programas psicoeducativos agravan determinados problemas de salud mental

Los ingresos de nuevos pacientes en las Unidades de Hospitalización Breve (UHB) de Psiquiatría están motivados, en la mayoría de los casos, por el impacto generado por el confinamiento. Así lo consideran más de la mitad de los psiquiatras encuestados para el estudio "Impacto de la COVID-19 en las Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría", presentado durante la V Jornada de Unidades de Hospitalización Breve de Psiquiatría, organizada por la Alianza Otsuka-Lundbeck. "En las personas con problemas de salud mental, además de repercutir en mayor o menor medida el simple hecho de quedarse en casa, ha sido determinante en muchos casos los cambios en la atención ambulatoria. El hecho de que muchos seguimientos hayan pasado a hacerse vía telefónica o se hayan suspendido terapias de grupo y actividades de rehabilitación ha supuesto un retroceso en muchos pacientes", matiza el doctor Roberto Rodríguez-Jiménez, jefe de la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre (Madrid) y coordinador de esta Jornada.

De dicho estudio, en el que han participado profesionales de estas Unidades de toda España de más de un centenar de hospitales, también se concluye que se observó una notable disminución de la demanda de atención urgente psiquiátrica durante el periodo de confinamiento. Así lo han percibido el 74% de los encuestados. Un hecho preocupante, como señala el doctor José Martínez-Raga, también coordinador de la Jornada y psiquiatra del Hospital Universitario Doctor Peset (Valencia). Como incide este experto, "la consecuencia de esto es evidentemente negativa sobre el estado de salud de aquellos que se ven especialmente beneficiados de una atención urgente".

Asimismo, como han constatado estos profesionales (65,6%), se han suspendido terapias complementarias. Las más afectadas han sido las terapias de grupo, las terapias ocupacionales y los programas psicoeducativos. Y no hay que olvidar, como indica el doctor Rodríguez-Jiménez que, "el tratamiento no farmacológico es fundamental ya que complementa y, alguno de ellos, actúa de manera sinérgica con el abordaje farmacológico. Así, la supresión temporal de buena parte de estas terapias ha tenido una repercusión clínica negativa en los pacientes que estamos intentando revertir".

En cuanto a la prescripción de psicofármacos, según la mayoría de los profesionales que trabajan en las UHB (70,4%), la COVID-19, en general, no la está condicionando. "No obstante, en el caso específico de los pacientes contagiados, sí que hay que tener en cuenta la posibilidad de interacciones con fármacos empleados para curar esta infección", señala el doctor Martínez-Raga.

Ante la pandemia, búsqueda de eficacia y adherencia de los tratamientos

En opinión de los participantes en la encuesta, los factores principales que están condicionando el tratamiento al alta de las personas ingresadas en las UHB son la búsqueda de eficacia (46,3%) y asegurar la adherencia (38,1%). En el caso concreto de las personas con esquizofrenia las recaídas son frecuentes, como advierten ambos expertos, y el objetivo es reducirlas al mínimo.

En este sentido, estas Unidades son un elemento clave para reducir las tasas de reingreso de estos pacientes. Y el doctor Rodríguez-Jiménez llama la atención sobre que, "la adherencia terapéutica es la base de la prevención de recaídas". Como explica, el abordaje de estos pacientes se ha modificado para romper el ciclo de recaídas y rehospitalizaciones, "por un lado, disponiendo de nuevos y más modernos tratamientos farmacológicos, muy eficaces y con un buen perfil de tolerabilidad. El disponer de fármacos agonistas parciales dopaminérgicos ha supuesto un gran avance en este sentido, así como las formulaciones antipsicóticas de liberación prolongada. Por otra parte, estimulando a que los profesionales miren más allá del ingreso y se planteen el tratamiento integral del paciente en el largo plazo".

En definitiva, afirma el doctor Martínez-Raga, "una buena psicoeducación del paciente y su familia, junto con un buen abordaje farmacológico, basado en el conocimiento científico, redundará en una buena adherencia. Y todo ello sin olvidar que la toma de decisiones médico-paciente ha de ser compartida y debe haber una buena coordinación con los recursos asistenciales extrahospitalarios".

Un antes y un después en las UHB

Al igual que en el resto de especialidades del Sistema Nacional de Salud, la situación provocada por la pandemia ha supuesto una reestructuración en la manera de atender a los pacientes. "Como es lógico requerimos pruebas diagnósticas para conocer si un paciente es portador del SARS-CoV-2, así como tener presentes las medidas y tratamientos oportunos que un paciente infectado conlleva. Asimismo, las visitas o salidas terapéuticas se han visto bastante restringidas para disminuir las probabilidades de contagio".

Además, estas Unidades también serán claves para dar respuesta al impacto de la pandemia en la salud mental del conjunto de la población. Y para ambos coordinadores, sin duda, "los profesionales de las unidades de hospitalización hemos tenido que realizar importantes esfuerzos, pero entre todos mantenemos una atención de calidad, la que nuestros pacientes, sus familiares y la sociedad en general merecen".

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