Un día cualquiera descubrimos que nos cuesta más leer el móvil o distinguir con nitidez los caracteres en la pantalla del portátil. Suele suceder a partir de los 40 años, momento en el que es habitual comenzar a perder vista de cerca. La reacción es inmediata: entornamos los ojos, alargamos el brazo e intentamos enfocar de nuevo.
"Se llama presbicia y también lo conocemos como vista cansada: para ver con nitidez, debemos alejar los objetos, no conseguimos ver del todo bien las cosas que tenemos delante y, en ocasiones, terminamos con dolor de cabeza y con los ojos cansados", ha explicado el Dr. Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, que ha diseñado una Unidad de Cirugía Compleja Oftalmológica.
Esta situación afecta a alrededor de 11 millones de personas en España. "Lo habitual es que a nuestras consultas nos lleguen personas de 40 a 45 años porque empiezan a no ver con claridad los correos electrónicos en su móvil o porque notan visión borrosa tras periodos prolongados ante su portátil. En ocasiones puede aparecer antes, sobre todo si la persona tiene hipermetropía o se medica con antidepresivos, antihistamínicos o diuréticos. Y a medida que aumenta la edad, también aumenta la prevalencia: el 98% de las personas con más de 65 años tiene presbicia", ha apuntado el experto.
El origen de esta pérdida de visión está en el envejecimiento del ojo. El músculo encargado de acomodar el cristalino para enfocar los objetos que están cerca se debilita y pierde elasticidad. Esto provoca que el ojo no consiga enfocar correctamente y la persona que lo padece suele buscar solución a este problema acudiendo a una óptica para graduarse la vista y comprarse unas gafas sin saber que hay alternativas quirúrgicas seguras y efectivas.
"La cirugía devuelve la capacidad de visión hasta en un 90% de las actividades que hacíamos antes de la presbicia: leer en el móvil, ver las redes sociales en el ordenador o tablet, conducir, ver la TV…. Quizá necesiten gafas para leer letras muy pequeñas en condiciones de muy poca luz, pero para el resto de actividades normales de su vida, habrá recuperado lo que la presbicia les quitó", ha asegurado el doctor.
El tratamiento con láser modifica la curvatura de la córnea para mejorar la visión de cerca, y al mismo tiempo, permite corregir otros defectos refractivos como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. "Esta opción es particularmente interesante para personas jóvenes que no padecen cataratas. Es una solución excelente para corregir varios problemas refractivos en una única sesión quirúrgica". Pero también se puede optar con el implante de lente intraocular. "Extraemos el cristalino y los sustituimos por una lente multifocal que permite enfocar a todas las distancias. Ambas intervenciones duran apenas unos minutos, son totalmente indoloras para los pacientes y en poco más de dos horas regresan a su vida para empezar con la recuperación que, además, es muy rápida", ha desarrollado el experto.
Una de las características más relevantes de la presbicia es que no se puede prevenir, ya que es consecuencia del envejecimiento. "Naturalmente, recomendamos buenos hábitos de vida para conservar la salud de nuestros ojos durante el mayor tiempo posible: dieta sana y rica en antioxidantes, evitar el tabaco y el alcohol, proteger los ojos del sol… Pero si queremos solucionar la presbicia, la alternativa más segura y efectiva es la cirugía. Solemos practicarla a los 50 o 55 años, ya que es el momento idóneo para corregir otros defectos refractivos, pero cada paciente tiene unas características únicas, por lo que lo más indicado es ponerse en manos de su oftalmólogo para que le ayude a decidir", ha recomendado Dorronzoro.