Con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual, que se celebra este domingo 14 de febrero, SOGAMI (Sociedade Galega de Medicina Interna) y el doctor Antonio Ocampo, adjunto del Servicio de medicina interna del Hospital Álvaro Cunqueiro nos recuerdan que las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) "constituyen un problema importante de salud pública por su alta prevalencia, alta transmisibilidad, alta morbilidad y la posibilidad de transmisión prenatal así como las complicaciones que originan".
"Es indudable que la pandemia ha modificado la labor asistencial. Hemos hecho más medicina telemática, con todos los inconvenientes que hay".
A priori, el confinamiento debería de haber reducido el número de contactos sexuales. "Sin embargo, esperábamos una disminución de las ETS y no ha sido así", afirma el doctor. "Hemos visto que la incidencia de gonorrea, chlamydia y sífilis se está multiplicando cada vez más debido a ciertas prácticas sexuales, al desconocimiento de las medias de protección y porque estamos haciendo un infradiagnóstico en las ETS. Alguien que tenga una enfermedad de este tipo va a infectar a su pareja y si alguien tiene varias parejas o varios contactos sexuales, se va a transmitir de unos a otros". Añadir que muchas ETS son asintomáticas, lo que provoca que el paciente no se preocupe y no acuda a tratarse, por lo que sigue transmitiendo la enfermedad.
"Por otra parte, la COVID-19, especialmente en la primera ola, provocaba que los pacientes acudieran con menos frecuencia al hospital y eso conllevaba un retraso en el diagnóstico en el despistaje que hacemos a ciertos colectivos, lo que ha producido que se expandiesen las enfermedades de trasmisión sexual".
"La pandemia nos ha modificado el enfoque. La telemedicina en este caso no es válida porque para el diagnóstico necesitamos un cribado en presencial que es una toma a nivel uretral, anal y bucal, además de la analítica de sangre". Sin embargo, su gran utilidad estaría en la comunicación de los resultados, continua el doctor Ocampo.
Educación sexual
"Nosotros en nuestra Unidad además de diagnosticar y tratar también intentamos dar unas mínimas normas de higiene sexual como: de la importancia de ducharse antes y después del sexo o la necesidad de usar enjuagues colutorios en el caso del sexo oral. Además de la aplicación de protección como el preservativo y la administración de vacunas como la del virus hepatitis A o B así como la del virus del papilomavirus humana (VPH). Y un mensaje para ciertos colectivos: más calidad y menos cantidad", dice el doctor Ocampo.
En definitiva, las ETS constituyen un problema emergente que precisa de actuaciones específicas y la creación de unidades multidisciplinarias para poder abordarlas adecuadamente, facilitando al usuario el acceso a éstas.