Los niños españoles necesitan mejorar la ingesta de vitamina D, según los datos del último estudio EsNuPI (Estudio Nutricional en Población Infantil Española). Este micronutriente desarrolla un papel fundamental durante las etapas de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, su déficit está muy extendido entre la población mundial y se considera un problema de salud pública.
La vitamina D es esencial para la absorción y el mantenimiento de niveles correctos de fósforo y calcio, minerales que intervienen en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico y en la formación y mantenimiento de los huesos, sobre todo en la formación y mantenimiento de las estructuras óseas durante la etapa infantil para contribuir a la prevención de problemas óseos en etapas futuras de la vida.
Durante el invierno, contamos con menos horas de exposición solar, una situación que dificulta la formación de la vitamina D de forma natural. Este nutriente, es uno de los pocos que puede producir nuestro propio organismo, ya que nuestra piel es capaz de sintetizarla a partir de la luz solar. De hecho, entre el 80-90% de la vitamina D se obtiene de esta manera, y solo el 10-20% la incorporamos a través de la dieta.
Sin embargo, con las actuales medidas restrictivas a causa de la COVID-19, pasamos más tiempo en casa y la exposición a la luz del sol puede ser aún menor, pudiendo provocar un déficit de vitamina D. Para hacer frente a esta situación, que afecta tanto a niños como a adultos, Laboratorios Ordesa, compañía especializada en alimentación infantil, ha brindado una serie de consejos para mejorar la obtención de la vitamina D y reforzar nuestras defensas este invierno:
- Exposición a la luz solar. Es recomendable exponerse a la luz solar saliendo al balcón o a través de la ventana 15 minutos al día como mínimo.
- Salir a caminar. Siempre que podamos es aconsejable dar un paseo porque al activarnos, la sangre se moviliza y llega al hueso una mayor cantidad de vitamina D.
- Alimentación variada y equilibrada. Podemos incluir en nuestra dieta alimentos que contienen vitamina D de forma natural, como por ejemplo: huevos, lácteos, hongos, o pescados azules, entre otros.
- Evitar excesos de ropa. Cuando vamos por la calle en invierno es normal cubrirnos de ropa para protegernos del frío, pero es recomendable no abusar y, siempre que sea posible, dejar al descubierto zonas como la cara y las manos. Y si el frío es mas leve tratar de exponer otras áreas como brazos y piernas.
- Tomar complementos alimenticios ricos en vitamina D. En algunos casos puede ser recomendable consultar con nuestro médico para ver si es necesario complementar nuestra dieta. Se recomienda en el caso de bebés prematuros, niños y adolescentes cuando no se puede asegurar la obtención de las necesidades de este nutriente de forma natural. También en aquellos grupos de riesgo como niños con malabsorción intestinal, o enfermedades crónicas hepáticas o renales.