La vacunación es una estrategia eficaz de salud pública para prevenir enfermedades infecciosas. Su uso ha reducido significativamente la carga de enfermedades prevenibles por vacunación en los últimos 40 años y evita entre 4 y 5 millones de muertes cada año en el mundo. A pesar de los indudables beneficios que proporcionan las vacunas y de que durante la pandemia España ha liderado las coberturas vacunales mundiales frente a COVID-19, los expertos advierten de la necesidad de una concienciación mayor en lo relativo a la vacunación de los profesionales que atienden a pacientes adultos y la necesidad también de aumentar las tasas de vacunación en este colectivo.
Así se ha puesto de manifiesto durante el V Seminario para periodistas organizado por Pfizer en colaboración con la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) en la antesala de la Semana Mundial de la Inmunización, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que este año se conmemora del 24 al 30 de abril con el lema "Vacunas, en pos de una larga vida bien vivida". El foro celebrado hoy ha contado con la presencia del Dr. Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela; Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y el Dr. Luis Jodar, vicepresidente senior y director médico mundial de vacunas de Pfizer.
Durante su intervención, el Dr. Federico Martinón ha apuntado que la COVID-19 ha ratificado que las vacunas no son sólo cosa de niños. "Esta es una lección importante que debemos llevar a la práctica, poniendo el mismo esfuerzo en completar y cumplir el calendario vacunal del adulto, el adolescente o la embarazada que el de los niños".
Asimismo, el pediatra señala que las menores coberturas vacunales en el adulto "son un fracaso de todos, también de los profesionales sanitarios que atienden a esta población. Por eso es necesaria una concienciación mayor en lo relativo a la vacunación de los profesionales que atienden a pacientes adultos".
Y es que, tal y como ha reconocido Martinón, a pesar de que la COVID-19 ha mejorado la concienciación sobre la vacunación del adulto, continúan vigentes la mayoría de los retos en la vacunación del adulto. "Como adultos debemos de asumir un papel activo y responsable en el autocuidado de nuestra salud, y como parte de ello, incorporar las vacunas a nuestro modo de vida saludable, del mismo modo que el ejercicio físico o la alimentación sana".
En la misma línea que su colega, el profesor Ángel Gil ha comentado que, aunque la inmunización infantil está bien establecida en todo el mundo, la vacunación de los mayores sigue siendo un desafío para la salud pública. "La susceptibilidad a las enfermedades infecciosas aumenta con la edad por los cambios que se producen en el sistema inmunitario a causa del envejecimiento (inmunosenescencia). Esto lleva a las personas de más edad a tener un mayor riesgo y gravedad ante las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, patologías como la gripe y la neumonía a menudo se asocian con complicaciones graves y se clasifican como la sexta causa principal de muerte entre los adultos mayores de 65 años en los países desarrollados".
El experto en Salud Pública ha explicado que la gripe y la neumonía tienen también un impacto en el sistema de salud en términos de uso de recursos y costes derivados. "El coste anual de las infecciones prevenibles por vacunación en adultos mayores de 45 años se estima en 134,1 millones de euros debido a costes directos e indirectos, siendo el 44% debido a la enfermedad neumocócica, el 39,5% a la gripe, el 16% al herpes zóster y el 0,1% a la tosferina", ha detallado Gil, que añadió que los gastos derivados de la hospitalización representan más de la mitad (58,1%), con 77,9 millones de euros, mientras que los gastos de Atención Primaria ascienden a 35,1 millones de euros y las visitas al especialista suponen 21,1 millones de euros al sistema de salud.
"La carga económica directa de patologías como la enfermedad neumocócica, la gripe, el herpes zóster o la tosferina en adultos de 45 años o más es alta en España por lo que el aumento de las tasas de vacunación en los adultos podría reducir el coste económico de estas enfermedades", ha admitido Gil, que ha añadido que el coste previsto de la vacunación a lo largo de toda la vida se estimó en 726,06 euros por cada mujer sana y 625,89 euros por cada hombre sano durante el 2019 y que en personas con las condiciones de riesgo que requieren mayor número de vacunas osciló entre 982,99 y 1.815 euros por persona, según los datos que arroja un reciente estudio.
"Teniendo en cuenta el relativo bajo coste de la vacunación a lo largo de toda la vida y los importantes beneficios para la salud que conlleva la vacunación, podemos afirmar que esta medida es útil y rentable, por lo que se debe reforzar la evaluación de los programas de vacunación para asegurar la vacunación adecuada en todos los momentos de la vida", comenta Gil.