Un estudio publicado en la edición digital de la revista Neurology expone que las personas que dejan su medicación para el tratamiento del colesterol pueden tener un mayor riesgo de desarrollar párkinson
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En la investigación han participado más de 40.000 personas en Taiwán que tomaban estatinas para controlar el colesterol y no tenían párkinson. El autor del estudio fue Jou-Wei Lin, de la Universidad Nacional de Taiwán, que ha explicado que el estudio ha sido realizado con "el deseo de ver si existía alguna diferencia entre las personas que dejaron de tomar estatinas y las personas que siguieron el tratamiento".
El informe ha desglosado la existencia de dos tipos de estatina: las lipolíficas, como la simvastatina y la atorvastatina, que se han asociado con un mayor riesgo de párkinson; mientras que las hidrolíficas, como la pravastatina y la rosuvastatina, no han obtenido tales vinculaciones.
Aquellos pacientes que han dejado de tomar las estatinas lipolíficas han registrado aproximadamente un 60% más de posibilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson que aquellos que han seguido tomando la medicación.