Según el Ministerio de Sanidad de España, el 80% de los casos de COVID-19 presentan síntomas leves como fiebre, tos y sensación de falta de aire. En estas situaciones, los profesionales sanitarios recomiendan recuperarse en casa siguiendo unas pautas de aislamiento domiciliario.
Aunque para aquellas personas que se están recuperando de la enfermedad en sus hogares no existe ningún tratamiento nutricional específico frente al COVID-19, los profesionales de la salud han establecido ciertas pautas de alimentación que pueden ayudar a recuperarse de los efectos generados por algunos de los síntomas como la fiebre, los problemas respiratorios o la pérdida de apetito, como los que nos hace llegar desde laboratorios Ordesa, compañía que dispone entre sus productos de una gama de suplementos nutrcionales para adultos.
1. Seguir una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea
Estar bien alimentados es clave para nuestra recuperación. Una dieta saludable basada en el modelo de la dieta mediterránea, que debe incluir 3 raciones de frutas y 2 de hortalizas al día, productos integrales como cereales, pan, pasta o arroz, legumbres, frutos secos y el consumo de aceite de oliva. También es importante incluir un adecuado aporte de proteínas y grasas saludables, incluyendo en las comidas principales carnes, huevos o pescados.
Si tenemos molestias en la garganta que dificulten la ingesta de alimentos, los expertos recomiendan consumir los alimentos en forma de purés o cremas para facilitar su deglución.
2. Enriquecer los platos para aumentar su aporte calórico y proteico
Según recomiendan los especialistas, conviene seguir algunas pautas para aumentar el aporte calórico y proteico de la dieta sin aumentar el tamaño de los platos. Por ejemplo, consumir pan con multicereales, semillas, pasas o frutos secos; tomar la fruta acompañada de yogur, en batido, enriquecida, con galletas; consumir postres lácteos como cuajada, natillas, flanes de huevo o arroz con leche y enriquecerlos con nata, cacao, cereales en polvo, frutos secos molidos o miel.
Las comidas principales deben incluir 150 gramos de carne, 2 huevos o 150 gramos de pescado. En cuanto a purés o cremas se pueden enriquecer con leche, o añadir quesitos o frutos secos molidos, claras de huevo o porciones de carne o pescado, pan frito o tostado, y tomate frito o mantequilla. Las verduras se pueden acompañar de patatas, pasta o arroz con jamón picado, huevo o carne, y consumir las legumbres con arroz, poco caldosas y acompañadas de proteína.
Además de estas medidas, otra alternativa para enriquecer los platos es recurrir a algún suplemento nutricional que nos ayude a completar el aporte de nutrientes de las comidas.
3. Mantener una buena hidratación
Se recomienda una ingesta de líquidos de mínimo 1,8 litros al día, incluso aunque no tengamos sensación de sed. Este consumo no tiene por qué limitarse al agua sino que podemos ingerir líquidos también a través de caldos, leche, infusiones o té. Además, los expertos indican que es preferible beber agua fuera de las comidas.
4. Aumentar el número de comidas al día
Una de las principales consecuencias de la infección por COVID-19 es la falta de apetito, lo que puede conducir a una pérdida de peso por una ingesta deficiente de alimentos e, incluso, provocar anorexia. Por esta razón, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición recomienda aumentar el número de comidas al día (entre 6 y 10) y reducir la cantidad en cada una de las ingestas.
Suplementos nutricionales para enriquecer la dieta
Ante situaciones de desnutrición o en periodos de convalecencia, cada vez es más frecuente la utilización de suplementos nutricionales que ayuden a complementar la alimentación y, por tanto, pueden jugar un papel importante en la prevención de posibles estados carenciales por falta de nutrientes o disminución del apetito.
Los suplementos nutricionales proporcionan un aporte completo y equilibrado de nutrientes de todos los grupos, así como de micronutrientes. La composición de este tipo de preparados ya está especialmente pensada para ayudar a satisfacer las necesidades energéticas y nutricionales de aquellas personas que pueden tener alguna dificultad para alimentarse con normalidad o que se encuentran en alguna situación específica donde los requerimientos nutricionales están aumentados.
Los suplementos nutricionales en la edad adulta se han convertido en un aliado para compensar carencias o posibles déficits de determinados nutrientes y contribuir a facilitar una alimentación completa y equilibrada, que permita alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud y ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades.