Tensión, euforia, pensar todo el día en las compras o mentir sobre el tema, algunos de los síntomas del síndrome de compra compulsiva

Se calcula que 450.000 españoles padecen este síndrome
Se puede hablar de esta afección cuando la persona realiza más de 10 episodios de compra al mes durante un periodo de 6 meses y de forma intensa
La media de edad de los pacientes con problemas de compra compulsiva es de 31 años

Ya han comenzado las rebajas de verano y con ellas los nervios por atrapar las mejores gangas. Blanca Intza, psicóloga de Blua de Sanitas, afirma que "la mayoría de los estudios indican que ocho de cada diez afectados son mujeres. El inicio se da en torno a los 18 años y la media de edad de los pacientes con problemas de compra compulsiva es de 31 años".

Se trata de un síndrome que ha aumentado en los últimos años, ha disminuido la edad de aparición y tiende a ser crónico. "Esto se debe, en parte, a la llegada del e-commerce, pero también influyen factores sociales y culturales, ya que tiene lugar principalmente en países desarrollados donde existe una economía de mercado y cada vez crece más el número de productos disponibles, la obtención del crédito y el tiempo libre", añade la psicóloga de Sanitas.

¿Cómo detectarlo?

Normalmente, la intensidad, la frecuencia y la duración son tres criterios para diferenciar entre una persona que disfruta comprando o le gusta la moda y aquella que padece un problema real. "Generalmente se establece que una persona sufre este síndrome en caso de que realice más de 10 episodios de compra al mes durante al menos un periodo de 6 meses y de forma intensa", explica la psicóloga.

Los principales signos se dan cuando una persona tiene un impulso incontrolable por realizar la compra y se acompaña de una sensación de euforia. Después, cuando esta euforia baja, aparece en la persona una nueva preocupación relacionada con la necesidad de adquirir otro objeto.

Respecto a los síntomas, la psicóloga aclara que el paciente experimenta las siguientes sensaciones:

  • Tensión o excitación excesiva a la hora de comprar, con un sentimiento de urgencia por hacerlo.
  • Placer o alivio en el momento de llevar a cabo la compra. Se reduce la ansiedad previa y se produce una euforia excesiva.
  • Sentimientos depresivos de vacío cuando se le priva de ese comportamiento.
  • Pensamientos constantes sobre las compras.
  • Descuido de otras actividades, ya que se invierte más tiempo del deseado en comprar.
  • Mentir respecto al tiempo o dinero empleado en las compras.
  • Irritabilidad, nerviosismo e insomnio.
  • Conflictos con la familia, pareja, amigos…

¿Cómo se puede tratar?

Para el tratamiento de este síndrome hay que tener en cuenta cuatro fases fundamentales. Lo primero que indica la psicóloga es la motivación para el cambio, para prepararse y querer hacerlo realidad. Después, tener un control del entorno para que no vuelvan las ganas de compra, para lo cual es necesario evitar situaciones como ir a grandes centros comerciales o navegar por webs favoritas. En una tercera fase, hay que enfrentarse a la situación de riesgo, pero siempre acompañado de alguien o del terapeuta, así como cambiar esa actividad por otras como el deporte. Finalmente, es muy importante la prevención para evitar recaídas. "Hay que buscar soluciones a problemas específicos, por ejemplo, si es el cumpleaños de tu pareja, pide ayuda para gestionarlo y realizar la compra de forma medida", aconseja la psicóloga.

Los familiares, amigos o la pareja cumplen siempre un papel fundamental a la hora de ayudar a estas personas. "Cumplen dos funciones importantes: acompañamiento y control. Por un lado, sirven de apoyo, ya que superar este tipo de comportamientos resulta duro y, por otro, contribuyen a controlar estas conductas y a reducir la frecuencia e intensidad", explica.

Para disfrutar de unas rebajas sin agobios, la psicóloga aconseja:

  • Planificar lo que se quiere comprar y cuánto te quieres gastar, además de hacer un listado y presupuesto.
  • Posponer la compra: si encuentras algo que quieres comprar y no lo habías planificado, pero te parece un "chollo", trata de posponer la compra unos minutos para ver que la necesidad se reduce.
  • No es recomendable ir de compras si nos encontramos con el ánimo fluctuante, ya sea muy alegre o con el ánimo bajo. Puede conllevar un exceso de gasto y pérdida de control.
  • Mejor ir acompañado, ya que ayudará a no detenerse demasiado y ofrecerá también distintos puntos de vista para no dejarse llevar por los impulsos.
  • Evitar grandes superficies como centros comerciales. "El tiempo medio que pasamos en un centro comercial son dos horas y el número de adquisiciones de objetos que no necesitamos aumenta de forma proporcional al tiempo que se pasa dentro del establecimiento", añade la psicóloga.

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