Sin lugar a dudas es un problema serio que afecta a la salud de la persona que la padece en el sentido más amplio de la palabra. Más aún, es un problema que afecta a uno de los elementos esenciales del ser humano: la libertad.
La persona que desarrolla dependencia del alcohol va perdiendo su capacidad de decidir si bebe o no bebe en determinadas situaciones, va perdiendo el control sobre su propia conducta; en definitiva, va perdiendo su libertad. Por tanto, podemos considerarlo una enfermedad. En cambio no es una enfermedad corriente que se pueda "curar" tomando ciertos medicamentos, mediante una operación quirúrgica o mediante algún otro procedimiento médico habitual.
El alcohol es una droga y, por tanto, puede generar adicción. El alcohol cambia la forma en que su mente y su cuerpo funcionan. Una simple cerveza puede disminuir sus reacciones y confundir su forma de pensar. Esto significa que todo lo que requiere concentración y coordinación, como conducir un vehículo, es peligroso cuando usted ha tomado alcohol.
El alcohol también cambia su forma de actuar. Puede hacer que pierda las sensaciones que evitan que usted haga cosas arriesgadas o peligrosas, como, por ejemplo, conducir o practicar sexo no seguro.
La bebida se convierte en un problema si le causa dificultades en sus relaciones interpersonales, en el trabajo, en el colegio, en su vida familiar y social o si altera su manera de pensar o cómo se siente.
Hágase las siguientes preguntas y, si responde "sí" a cualquiera de ellas, es posible que tenga un problema con el alcohol.
- ¿En ocasiones bebe más de lo que quería?
- ¿Ha tratado de reducir la cantidad que bebe y no lo ha conseguido?
- ¿A veces le resulta difícil recordar lo que ocurrió mientras bebía? ¿Tiene la sensación de haber perdido la memoria?
- ¿Sus problemas en el colegio, en el trabajo o en sus relaciones personales han empeorado desde que comenzó a beber?
- ¿Sigue bebiendo a pesar de saber que beber le está ocasionando problemas?
- ¿Bebe cuando está estresado?
- ¿Bebe solo?
- ¿Tiene ahora más aguante bebiendo que hace un tiempo?
- ¿Alguna vez se siente incómodo cuando no se ha tomado un trago?
- ¿Bebe en momentos en que es importante mantenerse sobrio?
No. Muchas personas desarrollan una forma de dependencia que se manifiesta de forma intermitente. Algunas veces el sujeto es capaz de no beber nada, tal vez durante días o semanas, o incluso de beber moderadamente. Pero esto no evita que en ocasiones beba de una forma descontrolada y que ello le traiga consecuencias negativas de toda índole.
Los síntomas pueden ser leves o graves. Entre los menos graves se incluyen: temblores, sudores, ansiedad, irritabilidad, fatiga, depresión, dolores de cabeza, insomnio, pesadillas y pérdida de apetito. Entre los más graves: fiebre, convulsiones y delirium tremens, un estado que se caracteriza por experimentar confusión, ansiedad e incluso alucinaciones (ver, escuchar o sentir cosas que no son reales), y que puede ser de extrema gravedad si no se administra tratamiento médico.
El primer paso es admitir que tiene un problema y querer dejar de beber. Hable de ello con su médico, con su familia, o póngase en contacto con alguna asociación u organización de ayuda a personas con alcoholismo. En definitiva, busque ayuda.
Sí. Su médico ha de saber que usted está pasando por un síndrome de abstinencia para evitar que le cause problemas de salud más graves. Si usted va presentando episodios de síndrome de abstinencia sin recibir el tratamiento apropiado, sus síntomas pueden ir empeorando cada vez. Aunque sus síntomas de abstinencia no parezcan ser graves, es importante que acuda a su médico.
Si además usted es adicto a otras drogas, además de al alcohol, y también quiere dejar de consumirlas a la vez que el alcohol, debe acudir al médico antes de abandonarlas, pues lo más probable es que presente unos síntomas de abstinencia muy fuertes.
Su médico puede recetarle medicamentos que le ayuden a controlar los temblores, la ansiedad y la confusión. Si toma estos medicamentos en una etapa temprana de la abstinencia, pueden evitar que sus síntomas empeoren.
Durante la abstinencia usted va a experimentar unos deseos muy fuertes de volver a beber. El apoyo de la familia y de los amigos le pueden ayudar a resistir esta tentación. También será importante que, cuando hayan pasado los síntomas de la abstinencia, se inscriba en un programa de tratamiento para continuar sobrio. Estos programas le pueden proporcionar el apoyo que usted necesita para evitar una recaída.