Son muchos los adolescentes que se ven afectados por este desagradable problema. Como medidas de control se debe cuidar la alimentación, evitando las grasas animales, los chocolates, la mantequilla, la leche entera (no la desnatada), el exceso de huevos (2 por semana), los fiambres con tocino (chorizo), las carnes con grasa, la bollería en general, los helados, el café y las bebidas con alcohol.
Es aconsejable realizar más comidas con poca cantidad. La alimentación debe ser rica en proteínas, calcio, minerales, frutas y verduras, carne magra o pescado (mejor a la plancha o cocinado con aceite vegetal). El aporte de agua debe ser abundante (unos dos litros diarios). Por otra parte, se debe comer con tranquilidad, masticando bien y disfrutando de lo que se come.
El aire fresco, el sol (sin pasarse) y el agua salada también ayudan a mantener a raya el acné.
En el aseo diario, se empleará un jabón azufrado o antibacteriano, secándose la cara, después de enjuagar, sin restregar y con una toalla limpia y de uso exclusivo para esta zona. Cuando se usa maquillaje es importe limpiarlo completamente por la noche, con el jabón de limpieza habitual o con crema desmaquilladora. En los casos graves es necesario acudir al dermatólogo para que prescriba un tratamiento basado en un compuesto hormonal.