Hace 100 años se llamaba demencia senil a toda persona que padecía demencia a partir de los 65 años. La demencia puede tener causas diferentes y la enfermedad de Alzheimer es la demencia senil más frecuente. La demencia senil se puede producir por depósitos de amiloide (Alzheimer) o por pequeños infartos que se producen en el cerebro, o se puede deber una enfermedad de Parkinson en estado avanzado.
Los enfermos o sus familias comienzan a sentir que algo anda mal en su memoria o en su capacidad para realizar las actividades cotidianas, y visitarán al médico de Atención Primaria que puede sospechar que se trata de una enfermedad de Alzheimer y derivar al paciente al neurólogo, al psiquiatra o al geriatra.
Aproximadamente, un 10% de los casos son de carácter familiar, en cuyo caso la posibilidad de que un hijo sea portador de la alteración genética, que provoca la enfermedad es del 50%. En los casos restantes, aunque existen algunos factores genéticos que pueden asociarse a un mayor riesgo de padecerla, la enfermedad se considera esporádica.
Es fundamental, pues se enfrenta a una enfermedad degenerativa e irreversible y, por tanto, es primordial que sea una persona constante y que dedique mucho tiempo al enfermo.
Se trata de un síndrome mental orgánico que se caracteriza por un deterioro de la memoria a corto y largo plazo, asociado a trastornos del pensamiento abstracto, del juicio, de las funciones corticales superiores, con modificaciones de la personalidad.
Nombre genérico para designar diversas sustancias que tienen en común estar constituidas por proteína fibrilar beta-plegada. Este tipo de estructura no ocurre normalmente en las proteínas de los mamíferos. El nombre de amiloide, dado por el científico Virchow, se debe a su similitud con el almidón en cuanto a su afinidad tintorial por el yodo.