Cuando una persona recibe el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, puede sentirse abatida y pensar que ya no tiene nada que hacer, excepto esperar con paciencia el inexorable avance de esta demencia, sin embargo, esto no es cierto y los pacientes, en las primeras fases de la enfermedad, se pueden implicar en su cuidado tanto como deseen, siendo de gran ayuda que colaboren en el tratamiento y en la adaptación a su nueva realidad.
Los pacientes, por tanto, pueden consultar información sobre esta dolencia para poder afrontar de la mejor manera los cambios que van a ir apareciendo y programar las decisiones futuras con antelación, antes de que sean incapaces de tomarlas por sí mismos.
Se trata de un síndrome mental orgánico que se caracteriza por un deterioro de la memoria a corto y largo plazo, asociado a trastornos del pensamiento abstracto, del juicio, de las funciones corticales superiores, con modificaciones de la personalidad.