Se trata ésta de una opinión de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que considera que la EPOC está estrechamente relacionada con el tabaco. Considerar el tabaco sólo como un factor de riesgo puede inducir a error, ya que es un factor etiológico fundamental. Un cambio en la denominación de la enfermedad contribuiría a su diagnóstico, a su reconocimiento social y a la prevención del tabaquismo.
Tabacosis sería una denominación etiológica de la enfermedad, aunque su presentación clínica, fisiológica y patológica no fuera totalmente específica. Los médicos implicados en el cuidado respiratorio hacen un flaco favor a la sociedad al ocultar una enfermedad y una epidemia de tremenda magnitud tras un acrónimo de difícil comprensión. Un claro reconocimiento del tabaco como causa de la EPOC podría mejorar el escaso conocimiento que la población general tiene de esta enfermedad, ya que tan sólo el 8,6% de la población general o el 10% de los fumadores con síntomas respiratorios afirman conocerla.
Al concluir que la EPOC es una enfermedad secundaria al tabaquismo, convendría asociar en un mismo nombre el daño y la causa, con una filosofía similar al diagnóstico de hepatitis alcohólica.
En el área de las enfermedades ocupacionales se ha ido aún más lejos, con resultados en general satisfactorios, al ligar el agente inductor con el propio nombre de la enfermedad; así, se habla de asbestosis, suberosis o beriliosis. ¿Cómo se llamaría la EPOC si fuese una enfermedad estrictamente laboral?: tabacosis.