En primer lugar, usted debería abandonar el tabaco si es que fumaba, y evitar contactar con sustancias y polvos tóxicos.
Según el grado de afectación, su médico le podrá recomendar distintos tipos de inhaladores (ipratropio, beta-2 agonistas, corticoides, etc.), cuyo fin es mejorar el flujo ventilatorio.
Es importante fluidificar (hidratar) las secreciones de moco mediante la abundante ingesta de líquidos y mucolíticos (sustancias que contribuyen a eliminarlas).
En muchos casos, es posible que haya que acompañar el tratamiento farmacológico con ejercicios de fisioterapia respiratoria. En los casos graves se hace imprescindible el uso continuo de oxígeno a dosis bajas para evitar complicaciones. ¡Evite llegar a esta situación!