El segundo ictus o infarto cerebral aumenta un 73% las posibilidades de fallecer y un 39% el riesgo de quedar con secuelas importantes respecto a aquellos que sufren esta urgencia neurológica por primera vez, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Por ese motivo, la prevención de su recurrencia (mediante hábitos de vida saludable, control de los factores de riesgo, etc.) se convierte en un reto que debe afrontarse con toda la información posible.
Prevenir un segundo ictus
En las personas que han sufrido el ictus la prevención secundaria es clave porque el riesgo de sufrir otro ictus es alto y puede ser más grave. Aunque el riesgo de volver a tener nuevos ictus es especialmente alto el primer año, sobre todo durante los tres primeros meses, este riesgo se va a mantener durante toda la vida. A los diez años, más de la mitad de los pacientes volverán a sufrir un ictus si no reciben el tratamiento adecuado y controlan sus factores de riesgo vascular. Tan importante es llevar a cabo dicho control como concienciar a los pacientes de que debe ser así durante toda la vida.