Sí, pero el corazón normal tolera emociones fuertes, así como tensiones físicas, perfectamente bien. La tensión emocional crónica puede ocasionalmente causar enfermedades cardiacas. Además, la tensión excepcional causada por una crisis en la vida quizá precipite un fuerte ataque cardiaco en un corazón que, sin embargo, esté normal. En resumen, la tensión emocional prolongada es nociva para un corazón que ya tiene una enfermedad subyacente fundamental.
Estadísticamente, la incidencia de la enfermedad de las arterias coronarias es notablemente mayor entre las personas de peso excesivo. Las demás formas de las enfermedades del corazón no parecen inclinarse con claridad más hacia los obesos. Pero debe recordarse que la obesidad coloca una carga adicional sobre un corazón ya debilitado o lesionado.
Los hombres son mucho más propensos a las enfermedades de las arterias coronarias y, por consiguiente, sufren con más frecuencia angina de pecho o trombosis coronaria. Las demás formas de las enfermedades cardiacas se distribuyen por igual entre ambos sexos.