El 95% de los cálculos situados en el uréter se expulsan de forma espontánea en tres o cuatro semanas, dependiendo de su tamaño y posición.
Cualquier cálculo no expulsado en dos meses requiere una actuación terapéutica. En función de una valoración de factores, tales como la experiencia y tolerancia del dolor, frecuencia de episodios de cólico, profesión, repercusión sobre la vía urinaria, etc., se tomará la decisión terapéutica más adecuada, que puede incluir una actitud conservadora con tratamiento del dolor o una actitud intervencionista.
En la actualidad, entre el 90% y el 95% de los cálculos pueden eliminarse mediante procedimientos poco agresivos, como la litotricia extracorpórea por ondas de choque, que consiste en romper los cálculos en pequeños fragmentos que se pueden expulsar más fácilmente (con una eficacia del 90%), o la extracción endoscópica de los cálculos mediante ureteroscopia (a través de los propios conductos urinarios, uretra, vejiga, etc.).
El objetivo del tratamiento médico de la litiasis es prevenir la reaparición de los cálculos. Dejando aparte la corrección de los eventuales excesos de aporte de calcio, fosfato, oxalato y purinas, varias medidas dietéticas generales pueden permitir un mejor control de la enfermedad litiásica, como el incremento en la ingesta de líquidos, preferentemente agua (la primera y más simple de las medidas para prevenir la enfermedad litiásica), seguir una dieta no superior a 2.000 kcal, con poca sal, limitando las proteínas animales, los azúcares y el alcohol.