La hiperuricemia consiste en la elevación de los niveles de ácido úrico en sangre y caracteriza a una enfermedad llamada gota, que se presenta con dolores intensos articulares debidos al depósito de los cristales de ácido úrico en las articulaciones.
Un 20% de los pacientes gotosos presentan hiperuricosuria (es decir, niveles altos de ácido úrico en la orina), por lo que se forman piedras en los riñones.
La gota se puede controlar fácilmente con un programa regular de medicamentos. Un paciente bien tratado no vuelve a tener dolor, y si lo tiene es poco importante. No se daña la articulación, lo que le permite tener una buena calidad de vida. No daña el riñón.
El cálculo de ácido úrico es más frecuente en los cólicos de los hombres, son radiolúcidos y la mitad de los casos sufren gota. La litiasis por ácido úrico suele ser familiar, haya o no gota. En la orina, los cristales de ácido úrico son de color rojo anaranjado debido a que absorben el pigmento uricina. El ácido úrico anhidro produce cristales pequeños, que parecen amorfos al microscopio óptico. Son indistinguibles los cristales de apatita, excepto por su birrefringencia.
El dihidrato de ácido úrico tiende a formar cristales en forma de gota y planchas planas y cuadradas. Ambos son fuertemente birrefringentes.
La arenilla de ácido úrico parece polvo rojo y ocasionalmente los cálculos son anaranjados o rojos.