La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) de España ha advertido que la falta de accesibilidad a la información y a la comunicación a las que se enfrentan las personas sordas, no lo solucionan unas mascarillas transparentes.
Así lo han manifestado numerosas personas sordas que se han dirigido a la entidad para pedir que no se obvien sus necesidades reales. En este sentido, la entidad ha aclarado que, aunque aprecian las iniciativas solidarias de la ciudadanía, "la lectura labial no es una habilidad al alcance de todos", y ha manifestado su preocupación acerca de la seguridad sanitaria de estas mascarillas.
"El colectivo de personas sordas es heterogéneo, al igual que lo son sus necesidades", aclara Concha Díaz, presidenta de la CNSE. "Hay personas sordas con restos auditivos para los que el acompañamiento de la lectura labial puede serles útil, mientras que otras, más allá de entender alguna palabra suelta, no pueden seguir una conversación por esta vía", subraya. Al respecto, Díaz recuerda que "no hay una persona sorda igual a otra", y alude al "respeto a la diversidad de la población sorda como primer paso para el cumplimiento de sus derechos".
Tal es el caso de las personas sordas para los que la lengua de signos es su principal forma de comunicación, y, por tanto, condición necesaria para acceder a la información y a la comunicación. "Estamos acusando la continua falta de accesibilidad de los recursos y servicios surgidos a raíz de la pandemia. La comunicación telefónica no nos sirve, y la escrita no es suficiente" denuncia Díaz. "Si en estos momentos las personas sordas estamos teniendo servicios adaptados a nuestras necesidades es porque nuestra red CNSE de atención a personas sordas COVID-19 está velando por ello, aportando soluciones, y poniendo a disposición recursos como la interpretación en lengua de signos o la videointerpretación, entre otros".
En lo que respecta a los interrogantes surgidos en los últimos días acerca de la homologación de las mascarillas transparentes, la CNSE califica la misma de condición sine qua non. "Es el Ministerio de Sanidad el que debe garantizar la idoneidad de este producto sanitario." Puntualiza Concha Díaz. "En tiempos en que las mascarillas higiénicas y las distancias entre personas son la nueva normalidad tanto en las gestiones de la vida diaria como en los puestos de trabajo, debemos como sociedad, ser respetuosos con las personas sordas y asegurar que la comunicación tiene lugar sin poner en riesgo la seguridad propia y ni la de estas personas".
En esta línea, insta a las empresas públicas y privadas que tienen en su plantilla a personas sordas, a que pongan a su disposición toda la información necesaria, ya sea en lengua de signos o con textos escritos, y aseguren la comunicación con sus empleados. "Sus capacidades son las mismas de siempre" señala la presidenta de la CNSE, que pide que no se "incurra en comportamientos discriminatorios". "Con voluntad y recursos es posible minimizar las dificultades que pudieran derivarse de estas medidas sanitarias", incide Díaz.
Por último, la Confederación recuerda a las administraciones públicas su obligación de hacer accesibles la comunicación y la información teniendo en cuenta la diversidad comunicativa del colectivo de personas sordas, y pone en valor la lengua de signos en tanto en cuanto lengua natural de las personas sordas. "Durante esta pandemia que nos golpea, la lengua de signos está siendo una herramienta práctica y útil para evitar la incomunicación y la consiguiente ansiedad que eso produce".