En un contexto en el que el consumo de lácteos sin tratar parece una tendencia en alza, Eva Mª Bautista, nutricionista de Blua de Sanitas, incide en el riesgo que este puede tener en el organismo. "El consumo de leche sin pasteurizar puede ocasionar graves enfermedades debido a su contenido en microorganismos peligrosos que presentan riesgos importantes para la salud", advierte. El proceso de pasteurización consiste en el incremento de temperatura de un producto alimenticio en estado líquido hasta un nivel algo inferior al necesario para su ebullición. A continuación, el producto es enfriado con gran rapidez. De este modo se logra eliminar los microorganismos como bacterias, protozoos, mohos… sin modificar las características del alimento.
El no someter los lácteos a este proceso puede suponer la presencia de estos microorganismos que, en algunos casos, pueden ocasionar síntomas como diarrea, vómitos, dolor abdominal, fiebre, dolor de cabeza y dolor corporal, siendo estos un cuadro más leve, como afirma un informe del Comité Científico de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Aunque todas las personas son susceptibles de contraer infecciones derivadas del consumo de leche cruda, hay grupos que se consideran más vulnerables como son los niños, los ancianos, las personas con el sistema inmunitario deprimido y las embarazadas, que pueden contraer listeriosis o listeria. La listeria es una enfermedad producida por la bacteria listeria monocytogenes, que puede encontrarse tanto en lácteos crudos como en carnes, pescados y mariscos e incluso en frutas y verduras. Sus síntomas son fiebre y escalofríos, dolor de cabeza, malestar estomacal, diarrea y vómitos, dolor muscular, cuello rígido, confusión y pérdida de equilibrio.
En el caso de las embarazadas, el doctor Ignacio Cristóbal, jefe de Ginecología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, "durante el primer trimestre de embarazo la infección por listeria puede provocar abortos espontáneos. A medida que el embarazo llega al tercer trimestre, la madre corre mayores riesgos". Según el especialista de Sanitas, "la listeriosis también puede provocar partos prematuros, nacimientos de bebés con bajo peso o la muerte de bebés. Además, los fetos que contraen una infección tardía pueden desarrollar una amplia gama de problemas de salud, incluidos capacidad mental disminuida, parálisis, crisis epilépticas, ceguera o trastornos cerebrales, cardíacos o renales. En los recién nacidos, la listeriosis puede provocar infecciones sanguíneas y meningitis".
Eva Mª Bautista recuerda además que organismos sanitarios y científicos oficiales también se han pronunciado al respecto de este tema: "Ni la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), ni AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición), ni la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de EE.UU) aseguran que los mínimos tratamientos que según la regulación tienen que establecerse sobre la leche cruda esto sea suficiente garantía para que su consumo sea seguro. Por otra parte es importante destacar que la leche cruda no tiene ningún beneficio extra frente a la leche pasteurizada, lo único destacable quizá es que tiene un mejor perfil organoléptico debido a su mayor contenido en grasas".