El dolor lumbar o lumbalgia es una patología tan frecuente y extendida que un 80% de la población lo experimenta en algún momento de su vida. Y aunque "en la mayor parte de los casos el origen de las dolencias es de carácter benigno", según asegura Isidoro García, responsable médico de columna del servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Bizkaia, "la precisión en el diagnóstico es esencial. En un 10% de los casos se detectan fuentes ajenas a las patologías propias de la zona lumbar y en un porcentaje de ellos puede ocultar patologías más severas como una úlcera duodenal, un infarto o un aneurisma de aorta. Hay un tipo de dolor que tiene unos signos de alarma que pueden hacer vislumbrar que la dolencia puede ser grave". Estas consideraciones y otras se realizarán en la jornada divulgativa Encuentros con la Salud que se celebra hoy miércoles, 23 de mayo de 2018 a partir de las 19:00 horas en la Biblioteca Bidebarrieta de Bilbao y que lleva por título Problemas de la columna, claves para un buen diagnóstico y mejor tratamiento.
Precisa el experto que "la lumbalgia se trata de un mal con unas repercusiones personales, laborales y socioeconómicas que han de considerarse. Tan habitual es acudir al médico por este motivo que más del 10% de la población vasca acude a consultas de Atención Primaria a lo largo del año debido a esta dolencia. No por nada", puntualiza Isidoro García, "está considerado uno de los problemas de salud más importantes a los que se enfrentan los países desarrollados (con un coste de alrededor del 0,58% del Producto Interior Bruto durante el año 2000), y es una de las primeras causas de baja laboral en nuestro entorno". El experto explica, eso sí, que "casi la mitad de las lumbalgias desaparecen a los siete días y en un mes se han corregido el 90% de los casos. Cuando traspasa este plazo es aconsejable recibir sin demora asistencia médica".
A la hora de considerar el tratamiento, Isidoro García, subraya que "está basado en el paciente y ha de ser escalonado y multidisciplinar. En la mayoría de los casos", puntualiza el especialista, "se impone un proceso conservador basado en la medicación, la rehabilitación y la fisioterapia. En cuadros más severos se imponen técnicas percutáneas como infiltraciones y radiofrecuencias y la cirugía mínimamente invasiva se revela como la más indicada para la colocación de próstesis intervertebrales o los dispositivos interespinosos, como medio de estabilización de la columna lumbar. Y en el vértice, la cirugía compleja de la deformidad espinal. Aunque la cirugía nunca se debe anteponer al tratamiento conservador como primera opción".
A la hora de juzgar las principales causas de esta dolencia Isidoro García puntualiza que "el 90% de los casos de dolor lumbar tienen un origen mecánico y en ocasiones provienen de una situación degenerativa en la columna. Además, las condiciones de vida influyen también en su aparición ya que, tarde o temprano, todos tenemos un proceso degenerativo de la columna que deriva en esta patología. El 10% restante tienen un origen visceral o síntoma de patologías abdominales, reumáticas, tumorales o infecciosas" El experto considera que "la prevención es esencial. Mantener un peso adecuado, evitar el tabaco (la nicotina tiene efectos perversos), la práctica de deporte y el hábito de un ejercicio físico como rutina son esenciales".
Al valorar los diagnósticos más habituales, Isidoro García considera que "ha de diferenciarse si se trata de un dolor agudo, de una dolencia derivada de una postura determinada o si es una patología más insidiosa, porque puede tener diferentes puntos de origen. Pero lo más común es la patología degenerativa de la espalda .Y se da en pacientes de todas las edades porque a partir de los 25 años los discos de la columna comienzan procesos degenerativos progresivos que no siempre son sintomáticos".
"No hay que olvidar que la lumbalgia o la ciática son síntomas y no son diagnósticos. Por lo tanto", reafirma el especialista, "es muy importante determinar su origen y establecer una valoración precisa para que el tratamiento sea eficaz. Lo más importante es tener una entrevista con el paciente y realizar una historia clínica y una exploración detalladas apoyadas por unas pruebas complementarias de imagen: radiología simple y funcional, el escáner (TAC) y la resonancia magnética (RMN), y otras como el electromiograma (EMG)". "Hay que evitar una medicina basada en las pruebas y no en el paciente".