Hasta ahora siempre se ha relacionado la contaminación con problemas de salud respiratorios y cardiacos, pero sin embargo cada vez hay más estudios que reflejan que la contaminación está implicada en otro tipo de patologías, como son las dermatológicas.
"Tenemos que tener en cuenta que la contaminación ambiental penetra en nuestro organismo tanto por la respiración, llegando al torrente sanguíneo y depositándose en las capas más profundas de la piel, como a través de las capas más superficiales de la piel, acumulándose de forma imperceptible al ser micropartículas. Los resultados son envejecimiento prematuro y desarrollo y empeoramiento de enfermedades inflamatorias de la piel como acné, dermatitis atópicas y eczemas" explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral y uno de los autores del artículo "El impacto de la contaminación sobre la piel" publicado en la revista de la Academia Europea de Dermatología y Venereología.
Estamos hablando de la polución provocada por el tráfico, las calefacciones, la incineración de residuos y basura, instalaciones industriales (incluidos los residuos que generan), herbicidas y pesticidas, los incendios forestales y el ozono, entre otros. Sin embargo, también hay que considerar como contaminación ambiental la provocada por agentes que se pueden encontrar en interiores: disolventes, pinturas, productos de limpieza, y el humo del tabaco, de las cocinas y de las barbacoas. "Esto quiere decir que estamos expuestos a la contaminación siempre. Además, la acción de los rayos ultravioleta sobre estas partículas contaminantes que tenemos sobre la piel, la convierte en más reactiva y perjudicial para la salud cutánea", explica el Dr. Sánchez Viera.
Contaminación y envejecimiento
Hasta ahora se sabía que el sol era uno de los principales causantes del envejecimiento prematuro. En este estudio se demuestra que la exposición a los gases procedentes de la circulación y a contaminantes propios del ámbito del hogar provoca sustanciales signos de envejecimiento prematuro, tales como: léntigos en frente y mejillas, arrugas nasolabiales (arrugas de marioneta) y en las manos, y laxitud y flacidez en párpados y mejillas.
Contaminación y enfermedades inflamatorias
"En el artículo también queda reflejado que algunas de las enfermedades inflamatorias de la piel más frecuentes, como el acné, la dermatitis atópica, ezcemas y psoriasis experimentan un empeoramiento de sus síntomas en ambientes en los que existe contaminación ambiental por un mecanismo de hiperoxidación" añade el director de IDEI.
- Acné: se ha demostrado que es más prevalente en lugares donde la contaminación es mayor. Uno de los motivos es que aumenta la secreción natural de sebo. Por otro lado, las diminutas partículas en suspensión del ambiente obstruyen los poros imposibilitando la natural eliminación de grasa producida por las glándulas sebáceas, lo que da lugar a la aparición de más granos, espinillas y puntos negros.
- Dermatitis atópica, ezcemas y psoriasis: este tipo de enfermedades crónicas presentan brotes más a menudo y con una sintomatología más exacerbada. De esta forma existe una mayor inflamación, picor, sequedad, aumento en el número de vesículas y placas típicas de psoriasis más extensas.