Los comportamientos necesarios para formar parte de un grupo tienen que negociarse con los padres para que el niño pueda obtener la aceptación y tolerancia del grupo; eso sí, sin traspasar los límites de un comportamiento aceptable según los estándares de su propia familia.
La amistad a esta edad tiende a establecerse principalmente con miembros del mismo sexo. De hecho, los niños de esta edad tienden a denunciar y hablar de lo "extraños" y "feos" que son los miembros del sexo opuesto. Esta falta de aprecio por el sexo opuesto va desapareciendo de forma paulatina a medida que el niño se acerca a la adolescencia.
Para el niño, es importante aprender a manejar el fracaso o la frustración sin disminuir la autoestima o desarrollar un sentido de inferioridad.