Cada persona y cada edad tiene unas necesidades de sueño distintas. Existen lo que podría denominarse dormidores cortos, que necesitan menos de 4 horas de sueño para descansar, y dormidores largos, que necesitan más de 10 horas; también personas que duermen más por la mañana (síndrome de fase retrasada) y personas que duermen más por la noche (síndrome de fase adelantada).
Las necesidades de sueño van cambiando a lo largo de la vida: son mayores en el periodo de lactancia y en la infancia y van disminuyendo al transcurrir de los años.
En los mayores disminuye el tiempo de sueño profundo (fases III y IV), que nos permiten recuperarnos del cansancio físico, y el de sueño paradójico o REM, que nos repone del esfuerzo intelectual. Como consecuencia, hay un aumento del tiempo de sueño superficial (fase II), lo que supone un menor descanso global y más despertares nocturnos.
La duración y la calidad del sueño varían según los distintos tramos o grupos de edad y también entre los individuos del mismo grupo de edad:
- Recién nacidos: duermen una media de 16 horas (entre 10 y 23 horas). Durante su primera semana de vida están dormidos prácticamente las 24 horas del día para recuperarse del parto.
- Lactantes: hasta la edad de un año el promedio diario es de 14 horas. A los 3-4 meses ya comienzan a dormir 8-10 horas seguidas por la noche.
- Hacia los dos años: a esta edad duermen toda la noche y hacen un par de siestas durante el día, en total una media de 12 horas diarias.
- Edad preescolar: duermen en torno a 12 horas, habitualmente por la noche, pues ya no hacen siestas, salvo en entornos en los que exista esta práctica, como en España. Les cuesta relajarse y tranquilizarse tras un día activo y pueden tener pesadillas y terrores nocturnos y despertarse por la noche. Han de seguir un cierto ritual para acostarse.
- Escolares: la cantidad de horas de sueño varía según su actividad y su estado de salud. No suelen tener conciencia de cansancio, por lo que pueden resistirse a ir a dormir.
- Adolescentes: duermen una media de 8-9 horas.
- Adultos jóvenes: la media de horas de sueño de las personas de este grupo de edad es de 6 a 8. El estilo de vida y el estrés pueden interferir en el patrón de sueño.
- Adultos: a esta edad comienza a disminuir el tiempo de sueño a expensas de la fase IV de sueño no REM.
- Edad avanzada: en las personas de esta edad la necesidad de descanso aparece antes que la de sueño. La duración del sueño durante la noche es menor, con mayor frecuencia de despertares y mayor dificultad para conciliar el sueño. Esto no quiere decir que estas personas necesiten dormir menos, como erróneamente se cree. A estas alturas parece demostrado que sus necesidades de descanso y sueño son las mismas que las de un adulto normal. Por ello, para compensar las pérdidas de sueño durante la noche, realizan siestas durante el día.