Las encuestas realizadas indican que las mujeres consideran el insomnio uno de los síntomas más desagradables de la menopausia. Los sofocos (debidos a las fluctuaciones en las concentraciones de estrógenos y progesterona) es otro de los síntomas más frecuentes de la menopausia y, en muchos casos, la razón del insomnio es la incapacidad del organismo para mantener una temperatura constante. El sofoco implica una descarga de adrenalina que tiende a provocar el despertar. Muchas mujeres experimentan sudores nocturnos. Tanto estos sudores como el cansancio resultante del insomnio pueden tener efectos negativos sobre la percepción subjetiva de la calidad de vida.
Como el insomnio debido a otras causas, este insomnio debe ser afrontado y tratado. Lo primero es poner en práctica una buena higiene del sueño, siguiendo las recomendaciones para un buen dormir.
Algunos médicos prescriben fármacos para tratar este tipo de insomnio. Por otra parte, se está investigando sobre los fitoestrógenos y otras sustancias estrogénicas para tratar de controlar los muchos síntomas relacionados con la menopausia, y de aquí podría resultar algún tratamiento útil en el futuro. Aunque en la actualidad no se recomienda el tratamiento hormonal sustitutivo, éste continúa siendo un recurso disponible para casos en los que está indicado.
En un reciente estudio se observó que zolpiden, un fármaco no benzodiazepínico, era eficaz en el tratamiento del insomnio de las mujeres menopáusicas.
Se ha observado que las mujeres postmenopáusicas (pero no las premenopáusicas) con apnea del sueño presentan alteraciones electrocardiográficas, lo que puede ser indicativo de que tienen mayores probabilidades de padecer problemas del corazón.
Las mujeres menopáusicas pueden padecer apnea obstructiva del sueño a causa de que sus concentraciones de progesterona en sangre están disminuidas. Esta hormona es un estimulante del aparato respiratorio y un dilatador de las vías respiratorias superiores, y el organismo necesita un tiempo para adaptarse a esta menor concentración de la hormona. Además, la ganancia de peso con la edad también incrementa el riesgo de sufrir apneas.