Los estereotipos que acompañan a las personas con enfermedad mental son una barrera para su integración.
Hace no muchos años, la enfermedad mental era un asunto privado llevado con vergüenza por las personas afectadas y sus familiares; vergüenza alentada por el miedo, la ignorancia y los prejuicios de una gran parte de la población.
Afortunadamente, y gracias al empeño y el empuje de los propios afectados, de sus familiares, de los profesionales y de una parte de la sociedad, la enfermedad mental está dejando de ser algo vergonzoso y temible para convertirse en lo que realmente es: un problema de salud extraordinariamente extendido que debe afrontarse con la máxima prioridad desde los servicios asistenciales sanitarios y sociales. Las personas afectadas como ciudadanos con derechos y aspiraciones legítimas deben disponer de la atención y servicios necesarios para poder llevar una vida digna y en un entorno normalizado.
A pesar de esto, los estereotipos que alimentan el estigma y la discriminación de las personas con enfermedad mental grave siguen vivos, constituyen hoy en día una barrera adicional para lograr esa vida digna y alimentan las presiones para retornar a modelos asistenciales basados en la "custodia" del enfermo, en los que prima la hipotética protección de la población frente a los "locos peligrosos" sobre las necesidades asistenciales de las personas afectadas; los medios de comunicación son un elemento importante en la difusión de esta alarma, y la desinformación y el uso inadecuado de términos contribuye a perpetuar mitos y a mantener la ignorancia.
Los medios de comunicación son una de las fuentes principales de conocimiento e información para la mayoría de las personas; en este sentido, es evidente su potencial para promover la salud mental, mejorando los niveles de educación, sensibilización y conocimiento de la población. Por eso, deben ofrecer una información veraz y ajustada sobre la realidad de la enfermedad mental y de las personas afectadas y sus familias, así como evitar abundar en estereotipos que siguen alimentando el prejuicio y el estigma que afecta a esta población.