Una emoción muy fuerte, un esfuerzo extraordinario, la diabetes, las alteraciones en lípidos, el sedentarismo, el tabaquismo, la obesidad o un cambio repentino de clima son algunas de las causas de angina de pecho, enfermedad que altera el buen funcionamiento del corazón ante la falta de oxígeno.
Los médicos especialistas en enfermedades del corazón (cardiólogos) señalan que el hipertiroidismo (trabajo excesivo de la glándula tiroides), la anemia o la diabetes son enfermedades reconocidas como promotoras de angina de pecho, por lo que es muy importante realizar una exploración médica periódica y un análisis de sangre para determinar la concentración de lípidos (grasa) en quienes sufren los padecimientos antes indicados, así como tomar radiografías de tórax y electrocardiogramas, en reposo y después de esfuerzo.
Estas medidas preventivas deberán complementarse con la disminución de otros factores de riesgo, como son presión arterial elevada (hipertensión arterial), altos niveles de colesterol (hipercolesterolemia) y tabaquismo, entre otros.
Si la angina de pecho no es grave puede ser tratada (previa consulta médica) con fármacos que evitan que los vasos sanguíneos se contraigan (como betabloqueantes, nitratos, calcioantagonistas) y otros reconocidos como antiplaquetarios (un ejemplo es el ácido acetilsalicílico), que contrarrestan el avance de los problemas coronarios. Procedimientos como la angioplastia (cirugía en que se busca destapar las arterias obstruidas) pueden ser útiles en caso de que el paciente no responda satisfactoriamente al tratamiento farmacológico.
Por último, vale la pena indicar que las estadísticas señalan que los casos de angina de pecho son frecuentes en las épocas del año en que la temperatura es extrema y se hace indispensable el uso de clima artificial; por ejemplo, en época de frío, cuando después de permanecer dentro de una habitación caliente, nos exponemos al aire helado; los cambios bruscos impactan directamente al corazón, el cual no suministra correctamente sangre al resto del cuerpo, dando pie a una angina de pecho. El caso a la inversa, cuando el clima es caliente y el aire acondicionado frío, registra un menor número de casos.