En otoño los cambios de humedad y temperatura generan un aumento de los casos de ataque de asma que acuden a Urgencias.
Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), los cambios de humedad y temperatura propios del inicio del otoño causan un incremento de los casos de ataque de asma que acuden a Urgencias. Tanto la humedad y los cambios de temperatura predisponen a una mayor reactividad de las vías aéreas ante los factores desencadenantes.
El asma es una enfermedad crónica que cursa con una reactividad extrema de las vías respiratorias ante los alérgenos que desencadenan las crisis asmáticas. Como consecuencia se producen episodios de exacerbación que se caracterizan por la dificultad para respirar asociados a la aparición de pitos en el pecho. Durante estos ataques el revestimiento de los bronquios se inflama, provocando un estrechamiento de la vía y, como consecuencia una reducción del flujo de aire que normalmente entra y sale de los pulmones, lo que dificulta la respiración del enfermo. Los accesos de asma pueden ser poco o muy frecuentes según cada enfermo y afectan seriamente a su calidad de vida, provocando gran absentismo laboral y escolar.
Alérgenos otoñales
Los desencadenantes de los ataques de asma incluyen los alérgenos, como los ácaros del polvo, la caspa y el pelo de los animales domésticos, los pólenes, los mohos y sus esporas, además del humo del tabaco, algunos fármacos, los productos químicos irritantes, el frío y el ejercicio físico.
Existe mayor riesgo de ataques de asma en otoño debido al aumento de esporas de moho; al frío, que actúa como un desencadenante; y a las infecciones virales y alergias de la temporada, que sensibilizan las vías aéreas.
La suspensión de la medicación preventiva del asma durante el verano, debido a la ausencia de síntomas, es otra causa del aumento de los ataques de asma en otoño. Es importante anticiparse a la estación y reanudar el tratamiento preventivo antes de que comiencen los fríos.