Es necesario concienciar a las familias de la necesidad de cuidar la espalda de todos los miembros de la misma mediante hábitos posturales correctos, la práctica de ejercicio físico y la prevención y corrección de las patologías.
Estudios científicos realizados en distintos países reflejan que padecer dolencias de la espalda durante la adolescencia aumenta el riesgo de sufrirlas de manera crónica al ser adulto. Se pueden evitar varios de los factores que se asocian a una mayor posibilidad de manifestarse, como el excesivo peso del material escolar que los niños cargan diariamente, la incorrecta manera de transportarlo, la inactividad física, la práctica inadecuada de deporte a nivel competitivo o el mobiliario escolar inadecuado.
Es necesario inculcar a los hijos posturas correctas y movimientos que protejan la espalda al levantar pesos o agacharse. Así, para inclinarse a recoger algo del suelo, se deben flexionar las rodillas y no la espalda y, al cargar pesos, estos se deben acercar al cuerpo y no tirar de ellos con los brazos. Para tener una espalda sana la mejor estrategia es una buena prevención.