El tratamiento es hospitalario y se debería acudir a Urgencias, donde suministran líquidos por vía intravenosa y antibióticos para combatir la infección a los pacientes diagnosticados.
El tratamiento no quirúrgico comprende analgésicos, antibióticos para combatir la infección y una dieta baja en grasa (cuando se puede tolerar la comida).
Podría ser necesario realizar una cirugía de emergencia cuando se presente gangrena (muerte del tejido), perforación, pancreatitis o inflamación del conducto colédoco.
Aunque la colecistitis se puede resolver por sí sola, es necesario utilizar la cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía, inflamación continua o que reaparece). Esta operación se debe realizar lo más pronto posible, aunque algunos pacientes no necesitan una cirugía inmediata. Ocasionalmente, en pacientes muy enfermos, se puede colocar una sonda a través de la piel para drenar la vesícula hasta que el paciente mejore y pueda someterse a la cirugía.