El SARS-CoV-2, que todos conocemos como el nuevo coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, es uno de los siete coronavirus que pueden infectar a las personas, como el SARS-CoV-1 (síndrome respiratorio agudo grave de 2003) y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio).
¿Qué son los coronavirus?
Los coronavirus son virus relativamente frecuentes y conocidos en patología veterinaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los coronavirus como una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. Para los seres humanos, se conoce que varios coronavirus causan infecciones del tracto respiratorio y que pueden ir desde un resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.
El origen de la pandemia
El 31 de diciembre de 2019, las autoridades de Salud Pública de Wuhan (provincia de Hubei, China) informaron sobre un agrupamiento de 27 casos de neumonía de etiología desconocida, incluyendo siete casos graves con antecedentes de una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos de la ciudad, sin identificar la fuente del brote.
El 7 de enero de 2020, científicos chinos identificaron como agente causante del brote un nuevo tipo de virus de la familia Coronaviridae, ahora denominado SARS-CoV-2. Este virus tiene un genoma bastante próximo al genoma del virus de un murciélago, y probablemente ha tenido un huésped intermediario como debe ser el pangolín.
El 20 de enero de 2020 las autoridades chinas confirmaron la transmisión de persona a persona del nuevo virus. El día 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia mundial. Esta se transformó en la primera pandemia producida por un coronavirus que ha afectado a todo el mundo.
El virus SARS-CoV-2
El SARS-CoV-2 es el virus que causa la enfermedad COVID-19. Es un virus zoonótico que se parece hasta un 76% al SARS original y un 50% al MERS. Este virus infecta a muchas personas por tener un número reproductivo bastante elevado en comparación a otras enfermedades respiratorias.
Apesar de que algunos de los síntomas son similares a los de la gripe que ya estamos acostumbrados, un estudio realizado en Francia en el 2020 comparando las tasas de mortalidad entre el virus de la gripe y el SARS-CoV-2 llegó a la conclusión de que el virus que causa la COVID-19 tiene una tasa de letalidad tres veces más alta que el virus influenza que causa la gripe estacional.
Síntomas
La COVID-19 afecta especialmente a personas mayores o con patologías previas. Algunos de sus síntomas más característicos son tos seca, fiebre o cansancio pudiendo aparecer problemas respiratorios en los casos más graves. Otros síntomas menos frecuentes que afectan a algunos pacientes son:
- Dolores y molestias
- Congestión nasal
- Dolor de cabeza
- Conjuntivitis
- Dolor de garganta
- Diarrea
- Pérdida del gusto o el olfato (anosmia)
- Erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies.
Estos síntomas suelen ser leves y comienzan gradualmente. Algunas de las personas infectadas sólo presentan síntomas leves.
Propagación de la COVID-19
Un individuo puede infectarse por la COVID‑19 si entra en contacto con otra persona que también esté infectada por el virus, de forma directa (contacto directo) y de forma indirecta (contacto con superficies u objetos utilizados por alguien infectado). Esta enfermedad se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas, que tienen un diámetro de 5 a 10 micrómetros (µm) que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada cuando la misma habla, tose o estornuda. Estas gotículas no llegan muy lejos y caen al suelo en segundos. Además, es posible que las gotículas caigan en fómites, es decir, objetos y superficies que usamos en nuestro dia a dia, como mesas, sillas, pomos, etc, de modo que si tocamos estos objetos/superficies y la superficie está contaminada y luego tocamos los ojos, la nariz o la boca, podemos infectarnos.
El virus también se puede transmitir a través de núcleos goticulares o aerosoles, cuyo diámetro es inferior a 5 micrómetros. Estos núcleos contienen microbios y pueden permanecer en el aire durante periodos prolongados y llegar a personas que se sitúen a más de un metro de distancia.
Por cada gotícula liberamos alrededor de 1.200 aerosoles. Por lo tanto, debemos prestar atención a dos elementos fundamentales: primero, la transmisión por el aire de las partículas y segundo, el tiempo en que se permanece en un mismo lugar sin renovación constante del aire.
Por todos estos motivos es fundamental mantener las distancias de seguridad y mantener al menos a un metro de distancia de los demás, además de un lavado frecuente de manos con agua y jabón o con alcohol o geles hidroalcohólicos.