El lavado y la desinfección de huevos son especialmente recomendables cuando se destinan a la elaboración de productos de consumo en crudo. En la actualidad el proceso de lavado de huevos se ha automatizado hasta el punto de que, directamente en línea y mediante lavadores que utilizan soluciones de agua caliente con detergentes y desinfectantes, se lleva a cabo casi sin intervención humana y la aplicación de esta tecnología puede ser de interés, siempre que no se relajen las medidas de prevención que ya se están aplicando actualmente.
En la Unión Europea, pese a admitirse las ventajas que puede suponer el uso de una tecnología de estas características, el lavado de huevos no está permitido, al contrario que en EE. UU., donde es una práctica rutinaria. En los Estados Unidos se pretende una reducción del peligro a toda costa mediante este lavado, mientras que en Europa el objetivo es instaurar medidas preventivas. Compete entonces a los científicos, con datos y estudios específicos, determinar cuáles son los sistemas más eficaces para mantener la salud de los consumidores.
El problema de la superficie del huevo se centra en la contaminación a partir de materia fecal de las gallinas o por una mala manipulación. Una vez que la cáscara se contamina, puede ser una de las vías de entrada de esos microorganismos en la mayoría de los hogares. Los huevos, tras su lavado, presentan los menores niveles de contaminación por enterobacterias. Además, en la superficie de la cáscara de los huevos no lavados se detecta la presencia de enterobacterias durante toda la vida comercial del huevo, aun cuando el nivel de contaminación sea bajo y no se detecten restos fecales en su superficie, lo que supone un riesgo para los consumidores potenciales. Esto puede ser particularmente peligroso si después de tocar un huevo, o de manipularlo, seguimos tocando otras superficies, especialmente si son húmedas, lo que facilita la contaminación cruzada a otras áreas.
Si se adopta el lavado doméstico como medida protectora, éste no deberá realizarse sólo con agua o con estropajos. Se deberán lavar sólo huevos limpios, no manchados, mediante inmersión y con una solución acuosa de un desinfectante, preferentemente hipoclorito, durante un mínimo de cinco minutos.