El ocio es una realidad en la sociedad actual. Se considera un elemento central de la cultura, en tanto en cuanto guarda relación con ámbitos importantes de nuestra vida, como la familia y los amigos.
La disponibilidad de horas de tiempo libre en nuestra sociedad ha desarrollado de manera paralela la industria del ocio, modificando los hábitos y conductas de los individuos. Frente a la industria del ocio hay que mantener una actitud reflexiva que no nos haga perder de vista los elementos más básicos de nuestro disfrute y que nos alejen de las actitudes consumistas.
El objetivo no es cubrir todo el tiempo libre de la persona con actividades que se conviertan en el eje de su vida, sino intentar desarrollar sus potencialidades humanas y elegir las más satisfactorias.
Las nuevas concepciones de salud y bienestar incluyen la duplicidad cuerpo-mente como un elemento dinámico, y requieren un aprendizaje de nuevas ideas y el enriquecimiento de la noción de uno mismo. El encuentro de la persona consigo misma y la búsqueda de equilibrio interior son indicadores de salud. El equilibrio se encuentra cuando hay un balance entre la actividad y el descanso, el movimiento y la quietud, el ruido y el silencio.