La delincuencia de los menores de dieciocho años no ha dejado de aumentar en la última década, de tal forma que supone aproximadamente el 15% del volumen de la delincuencia general total.
Dentro de las figuras delictivas cometidas por delincuentes juveniles, las más habituales son: homicidio, fraude, delito sexual, tráfico de drogas, robo, agresión a personas, desórdenes públicos o vandalismo, entre muchas otras.
A la hora de preguntarse los motivos de aparición de este tipo de delincuencia, se puede hacer referencia a tres tipos específicos de expresión:
- "Conductas de ocasión" se refiere a aquellos comportamientos marginales menores, riesgos de la vida cotidiana. Son el reflejo del precio que el joven tiene que pagar por adaptarse a unas normas sociales con las que todavía no está familiarizado. Este tipo de conductas afecta al 80% de los jóvenes que han tenido problemas con la justicia.
- "Conductas de transición" engloba a comportamientos delictivos más severos, llevados a cabo en un periodo de tiempo delimitado. Es la respuesta a situaciones conflictivas derivadas del contexto familiar o escolar. Afecta al 10% de los jóvenes delincuentes.
- "Conductas de condición" son las conductas llevadas a cabo por jóvenes que persisten en su actitud antisocial, afectando a su estilo y modo de vida, como un ciclo más de su carrera de delincuente. Este tipo de actitudes se ve en el 1% de los jóvenes con problemas delincuenciales.