Con el otoño regresan las temperaturas frías, la humedad y los cambios térmicos repentinos. Como consecuencia se permanece más tiempo en espacios cerrados poco aireados y con hacinamiento de personas. Esto facilita la transmisión de infecciones respiratorias y condiciona una mayor susceptibilidad de contraer catarros.
Los virus del catarro común son organismos mutantes permanentes que cambian de características en cada nueva estación. Por ello, el organismo es incapaz de adquirir una inmunidad permanente contra ellos y los catarros se suceden a lo largo de los meses fríos.
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Millones de personas al año sufren catarro común que, por lo general, se trata de una enfermedad benigna que cura en unos días aunque las personas enfermas y ancianas pueden sufrir complicaciones. Es necesario saber diferenciar esta enfermedad de la gripe, que está causada por otro tipo de virus y que reviste mayor gravedad.
Los niños que acuden a colegios y guarderías son especialmente propensos a contraer catarros. Los padres suelen ser contagiados por sus hijos que, a su vez, se contagian a partir de otros niños.
El catarro común es una enfermedad que se puede contraer durante todo el año pero es mucho más frecuente durante los meses fríos. El contagio se produce por las gotitas de mucosidad y saliva que se diseminan al estornudar o a través de manos, pañuelos u otros objetos que hayan estado en contacto con las mucosidades o la saliva del enfermo. Las personas afectadas tienen más probabilidad de transmitir el contagio durante los primeros 2-3 días de la enfermedad.
Síntomas
Moqueo, estornudos y dolor y picor de garganta son los síntomas más frecuentes del catarro común. Por lo general, no suele haber fiebre pero sí sensación de enfermedad y pérdida de apetito. El tratamiento consiste en aliviar los síntomas y, para ello, existen diversos preparados de farmacia, aunque su utilidad es muy relativa. El enfermo debe descansar en lo posible mientras se encuentre mal y se deben tomar medidas estrictas de higiene para evitar los contagios a otras personas.
Prevención
La prevención del catarro común se basa en observar una buena higiene de las manos, lavándolas frecuentemente durante el día, en ventilar bien la casa o el lugar de trabajo y en evitar el contacto con las mucosidades de los enfermos. La complicaciones posibles incluyen: bronquitis, otitis, neumonía, sinusitis y la exacerbación del asma preexistente en una persona que lo padezca.