Enfermedad vírica que cursa con secreción, congestión nasal y estornudos. Asimismo, es posible que se presente dolor de garganta, tos, dolor de cabeza u otros síntomas. Existen más de 200 virus diferentes que pueden causar un resfriado.
Es una enfermedad corriente y se estima que los niños tienen de tres a ocho resfriados por año y continúan teniéndolos durante toda la infancia. Los padres se contagian normalmente a partir de los niños. Los resfriados son una causa frecuente de absentismo laboral y escolar.
El contagio del catarro se realiza por contacto directo con un enfermo y ocurre durante todo el año, aunque son más frecuentes en invierno. Las secreciones nasales están llenas de virus y, tras el estornudo, estos viajan por el aire hasta un receptor cercano. Los pañuelos contaminados también son un foco de infección, ya que las personas sanas pueden introducir el virus en su organismo a través de sus manos sucias tras tocar un objeto contaminado.
Las personas son más contagiosas durante los primeros dos o tres días del resfriado y, generalmente, ya no son del todo contagiosas entre los días siete y diez.
Los adultos y los niños mayores con resfriados, generalmente, tienen fiebre baja o no tienen fiebre, mientras que los niños pequeños a menudo tienen fiebre de alrededor de 38 ºC a 39 ºC.
Tras una incubación de dos o tres días, tras el contagio, aparece irritación en la nariz y en la garganta, estornudos y secreción nasal acuosa. Al cabo de uno a tres días, las secreciones nasales se vuelven más espesas y quizás de color amarillento o verdoso.
Todos los síntomas desaparecen por sí solos en siete días, más o menos, con quizás algunos cuantos síntomas persistentes (como la tos) durante otra semana más.