El diagnóstico se basa en la observación de la clínica sugestiva en un paciente y la confirmación mediante un análisis de sangre. La necrosis de los hepatocitos es el evento fundamental que produce la ictericia.
Sin embargo, en muchas ocasiones la disfunción hepática no es lo suficientemente importante como para desarrollar la ictericia, situación que se presenta en un gran porcentaje de casos. En el análisis de sangre la elevación de transaminasas es lo más característico; usualmente se encuentran niveles diez veces superiores. La hiperbilirrubinemia a expensas de bilirrubina directa se observa en grados variables, siendo notoria en algunas formas de hepatitis A.
Son enzimas del hígado que catalizan reacciones químicas en las células en las cuales un grupo de amino es transferido de una molécula donadora a una molécula receptora.