En la actualidad se mantiene que, para obtener un buen control de la hipertensión, es necesario conocer la enfermedad, la terapéutica y un buen cumplimiento del tratamiento.
La mayoría de las personas hipertensas necesitan tratamiento con medicamentos para lograr un buen control de la tensión y no es suficiente el efecto beneficioso logrado por la prescripción de una dieta, la reducción de peso y la práctica de ejercicio físico ya que, aunque el enfermo siempre debe incluir estos cambios de vida en su rutina diaria, no es menos cierto que, si no sigue las normas de prescripción de la medicación, el tratamiento fracasará. Es fundamental que el paciente tome conciencia y responsabilidad de su propia dolencia para que siga el tratamiento rigurosamente.
Uno de los mayores problemas del tratamiento de los hipertensos es la necesidad de combinar tratamientos con más de un fármaco para conseguir unos objetivos de tensión arterial en un rango verdaderamente beneficioso para el paciente. Además, si el enfermo se encuentra bien y no comprende los beneficios de dicho tratamiento, en pocos días lo abandonará sin el conocimiento de su médico, con los riesgos que ello implica.
De este modo, es frecuente que el paciente hipertenso tenga que tomar varios medicamentos para controlar la tensión arterial, lo cual le resulta incómodo y se presta a olvidos y, en definitiva, facilita el incumplimiento. Por tanto, a mayor número de fármacos prescritos, más posibilidades existen de incumplimiento del tratamiento. Por lo anteriormente expuesto, constituyen una gran ventaja aquellos fármacos que combinan varios compuestos en su formulación que se potencian entre sí, facilitando el cumplimiento.