La obesidad es la enfermedad metabólica más frecuente en el mundo occidental y estudios epidemiológicos de países desarrollados demuestran que hasta un 45% de hombres y un 38% de mujeres presentan algún grado de obesidad.
La frecuencia de aparición de hipertensión arterial (HTA) entre las personas obesas es entre 2-3 veces mayor que entre las que se encuentren dentro de su peso ideal. Esto también ocurre a la inversa; entre los hipertensos la frecuencia de obesos es mucho mayor.
Cómo influye el peso en la presión arterial
A medida que aumenta el peso, se elevan las cifras de presión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres.
Se ha podido comprobar que un aumento en el peso corporal de 10 kg supone una diferencia de 3 mm de Hg en la presión sistólica (máxima) y de 2,2 en la tensión arterial diastólica (mínima).
Es más, el descenso de la tensión arterial, conseguido al perder peso, se pierde si se vuelve a ganar peso y es independiente de que se reduzca o no el consumo de sal.
Es importante que el paciente hipertenso consiga perder peso
La reducción de peso es uno de los factores más importantes del tratamiento de la HTA; es más, en muchos pacientes constituye el único tratamiento, no siendo necesario añadir medicación.
Con una pérdida de 3-4 kg, aunque no se alcance el peso ideal, se obtiene un beneficio importante para:
- Controlar la tensión arterial.
- Mejorar la respuesta del tratamiento farmacológico de la hipertensión.
- Mejorar la tolerancia a la glucosa.
- Colaborar a regular los niveles de colesterol y ácido úrico.
- Facilitar el trabajo cardiaco y la respiración.
- Aminorar la sobrecarga de las articulaciones.
Hipertensión y sal
Durante años se ha mantenido la idea de que una dieta exenta de sal beneficia a los pacientes hipertensos. Sin embargo, no existe evidencia de que esto sea así en todos los casos. En este sentido, se puede prescribir una dieta sin sal de prueba para evaluar los resultados en cada paciente concreto.
Es necesario cambiar los modos de cocinar para lograr que el paciente mantenga la dieta sin sal, ya que dicha dieta no suele agradar a los pacientes y suelen abandonarla.